Capítulo 52

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A las 5:00 p.m. estamos todos sentados en la sala a la espera de Esmeralda. El timbre se escucha, el nerviosismo de todos se percibe en el aire, yo no estoy nervioso, estoy eufórico ¡quiero enfrentarla!, ¡quiero restregarle en la cara que sé quién es y de lo que es capaz!

Mi mujer, que esta sentada a mi lado respira en varias ocasiones como tratando de contener su ansiedad, presiona mi mano presa de los nervios.

Mina le dice algo al oído a Seiya y Zafiro se aclara la garganta, mientras Healer lo toma de la mano en señal de apoyo.

Todo transcurre en cámara lenta mientras veo cercarse con paso decidido a Esmeralda.

Sus tacones resuenan en el piso de madera y una sonrisa socarrona enmarca su cara hasta que está más cerca y ve que Serenity y yo estamos tomados de la mano.

Su cara se desdibuja inmediatamente y abre mucho los ojos. Se detiene en seco. Nos vemos directamente a los ojos y una sonrisa diabólica aparece en mi cara.

- ¡Esmeralda qué gusto que estes aquí! - si las miradas mataran, ella ya estuviera muerta - ¡pasa por favor! - hago un ademán con la mano para que se siente, pero no se mueve.

Dirige su mirada hacia cada uno de los presentes y al final aterriza en Serenity. Ella sonríe y levanta una ceja.

- ¿Qué pasa Esmeralda? ¡Ven "cariño" siéntate aquí!- señala un lugar a su lado - ¿parece que no te da gusto verme? - hace un puchero fingido.

Observa cada detalle de mi mujer pero sigue sin moverse, en cambio, respira apresuradamente y de un momento a otro da media vuelta sobre sus talones y camina hacia la puerta.

Me pongo de pie y la sigo.

- ¿A dónde vas? Aún no hablamos... ¡esta reunión es en tu honor! - me acerco hasta ella y la tomo del brazo, la jaloneo y hago que voltee.

Ahora su expresión es de miedo. ¡Bien!

- ¡Suéltame! - trata de zafarse de mi agarre, pero se lo impido.

- No "cariño", lo lamento, no podrás irte hasta que hablemos. - la tomo más fuerte del brazo y la hago regresar hasta la sala.

Seiya y Zafiro están de pie.

- Sabes Esmeralda, ¡te creí capaz de muchas cosas! - comienza Zafiro - pero nunca, nunca, de armar todo un numerito para separar a Serena de Diamante... - se acerca a ella y la confronta.

- ¿Qué? ¿De qué hablas? - se hace la ofendida y yo suelto una carcajada.

Me fulmina con la mirada.

- ¡Bueno ya! - aún la tengo sostenida pero en un arranque la dejó caer en un sofá - ¡Deja de hacerte la tonta que no te queda! - le apunto con un dedo.

- ¡Querrás decir la idiota! - interviene Serenity y en un dos por tres le planta una bofetada que voltea su cara. Eso nos tomó desprevenidos a todos, más a Esmeralda.

Le dirige a mi mujer una mirada de odio y se toca la cara enrojecida con la mano.

- ¡Deja de fingir que ya estoy harta! - grita mi mujer y le da otra bofetada, causa el mismo efecto que la anterior, pero en el lado contrario. Está a punto de darle una tercera pero la detengo, pero no le importa, le sigue gritando.

- ¡Siempre supe que eras una maldita víbora ponzoñosa y tenía razón! - Esmeralda comienza a llorar de rabia y se levanta, intenta irse nuevamente pero Seiya la detiene.

- ¡No Esmeralda! Te has ganado a pulso todo esto.

- Seiya... - chilla - no sé de qué hablan... - intenta tocarlo pero Mina ya está de pie a su lado y le sostiene la muñeca con fuerza. Esmeralda la mira sorprendida.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora