𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 48

Antes de llegar a casa, doy unas vueltas por la ciudad, no quiero regresar...
Recorro las calles y avenidas sin sentido, mientras recuerdo lo acontecido...
No cabe duda que todo cambió literal, en un abrir y cerrar de ojos, mi compromiso con Star, el accidente, mi ceguera, Serenity, enamorarme, nuestra hija, recuperar la vista, casarnos, separarnos... Ese es el resumen de mi vida, pienso.

El reloj marca las 9:00 de la noche y creo que ya es hora de volver a casa. Doy una última vuelta y tomo el camino a mi hogar.
Entro y dejo el auto en la cochera, me bajo y respiro profundamente, tengo que aceptar que a partir de este momento ¡todo será diferente!
Entro en la casa, las luces están tenues, no se escucha ningún ruido, parece que no hubiera nadie, camino hacia la sala y veo la chimenea encendida, me sorprendo, rara vez alguien la enciende, me acerco un poco más y detengo mis pasos abruptamente, en el sillón veo un figura recostada con una manta encima, un largo pelo rubio sale de ella. Me quedo quieto, paralizado, ¿Serenity? no sé si acercarme, tengo miedo de que sea sólo obra de imaginación, respira lenta y pausadamente, está dormida. ¿Qué hace aquí? ¿Y mi hija? Me debato entre continuar mi camino y despertarla o irme y dejarla dormir.

De pronto comienza a moverse lentamente, se gira, abre pesadamente los ojos y como si tratara de enfocarme pregunta:

- ¿Diam? - Ahora estoy seguro de que es real, su dulce voz pronunciando mi nombre hace que mi corazón se acelere.

- ¿Serenity? - la boca se me ha secado, trago grueso para poder continuar - ¿Qué haces aquí?

Despierta completamente, se quita la manta de encima y corre hacia a mí, para mí es como si fuera en cámara lenta...

Me abraza y se cuelga de mi cuello, yo la recibo y la abrazo de la cintura, nos aferramos el uno al otro con ansia y desesperación, como si fuéramos náufragos y nos aferráramos a un salvavidas.

- ¡Te amo! ¡Perdóname fui una idiota! - me mira, sus mejillas están rojas, sus ojos llenos de lágrimas - ¡te amo! ¡te amo! -no para de decir y yo siento que por fin el alma me ha vuelto al cuerpo.

- ¡Yo también te amo amor mío! - uno mis labios a los suyos y la beso, sacío mi sed con ella, introduzco mi lengua desesperadamente, la reclamo, me apoderó de ella, Serenity me deja entrar, me deja tomarla, luego hace lo mismo con la suya, ambos nos devoramos.
¡No pensé volver a sentir esto, poder besarla y tenerla entre mis brazos!

Nos separamos solo un instante por la falta de aire, jadeamos. Tomo su rostro entre mis manos y limpio sus mejillas aún húmedas por las lágrimas.

- Te estaba esperando... - mi frente está contra la suya, siento su aliento muy cerca del mío, lo tomo, lo aspiro, es lo que me da vida. Le doy pequeños besos, no quiero hablar, ahora no, ahora solo quiero besarla, tenerla, solo quiero sentirla mía.

De nuevo la beso desesperadamente, la levanto en volandas y ella abraza mi cintura con sus piernas, me separo un momento para ver el camino que dirige a las escaleras. Sonríe y me besa el cuello mientras subo con ella a cuestas. Tenemos urgencia de tocarnos, amarnos, poseernos.

Abro la puerta, entramos y cierro de una patada. Voy hacia la cama y la deposito, me pongo encima de ella y vuelvo a besarla, mis manos recorren su cuerpo desesperadamente, levanto su blusa por el abdomen, quiero grabar mis huellas en su piel.
Con manos hábiles dasabotona la camisa y me la quita, la lanza de cualquier forma por la habitación, dejo su boca y bajo hasta su vientre, lo beso, lo lamo, lo mordisqueo, su piel es tan suave y tersa que me enloquece. Dejando un camino de saliva subo hasta sus pechos y los beso por encima del sostén, la desesperación se apodera de mí y de un jalón rompo la blusa, levanto el bra y me sumerjo el un mar de sensaciones excitantes mientras introduzco uno de sus pechos en mi boca. Ella gime, se arquea, me toma del pelo y lo jala, luego me presiona contra sí para que la pruebe completamente, con una de
mis manos le tomo el otro pecho y lo masajéo, ella jadea más fuerte y yo me pongo mas duro. Luego, invierto mi atención y ahora es su otro pecho el que tengo en la boca.
Me separo y me pongo de rodillas sobre la cama, le bajo el pantalón y el panti, ella se deshace del remedo de blusa y el sostén, ¡la observo completamente desnuda y me deleito! su largo pelo rubio se extiende por toda la cama y yo siento que veo a una hermosa Diosa griega ansiosa de ser tomada.

Sus penetrantes ojos azules me
miran expectantes, está a la espera de mí.

Me deshago del cinturón mientras la observo, me desea, puedo oler su excitación. A paso lento me pongo de pie y me deshago del pantalón y el bóxer, mi erección se irgue ante ella haciéndole una reverencia.
Pasa la lengua por sus labios saboteándose y ese acto me calienta aún más. No articulamos palabras, no las necesitamos, sabemos que nos amamos, nos deseamos, tenemos urgencia por consumirnos...
Subo a la cama lento, muy lento, ella se revuelve impaciente. Pongo mis manos a la altura de sus hombros, me hago espacio entre sus piernas y comienzo a frotar nuestros sexos, jadeamos. Tomo su boca y la beso despacio, me deleito  mientras continúo con la tortuosa tarea, ella encaja sus uñas en mi espalda y la recorre, gruño de excitación.
Bajo una mano hasta su entrepierna e introduzco el dedo medio, exhala fuerte entre mis labios. ¡Que exquisito! su humedad permite que mi dedo se deslice hasta el fondo... lo saco y lo vuelvo a introducir, ella abre más las piernas y sé con ese movimiento que necesita sentirme dentro.

Saco el dedo y me acomodo completamente sobre su cuerpo, la tomo de lo hombros y de una estocada la penetro ¡ambos gemimos fuerte! Dejó su boca y recorro con mis labios y mi lengua su largo cuello, entro y salgo a placer, ella se aferra a mis espalda, pero luego baja sus manos hasta mis nalgas y me empuja contra ella. ¡Quiere más, mucho más!
Aumento mis movimientos para entrar más profundamente. Jadeamos, nos besamos, nos lamemos, nos saboreamos...

Acerca sus dulces labios a mi cuello y me besa, me succiona, me muerde y yo la penetro aún más fuerte mientras un sonido gutural sale de mi garganta. Con un mano tomo su pecho y lo estrujo, lo masajeo, ella suelta mi cuello y jadea.
En la habitación resuenan los gemidos que emanan de nuestras bocas... ¡El olor a sexo impregna el lugar! ¡Nuestros cuerpos sudorosos y calientes hacen que broten chispas por doquier!
Siento cómo las terminaciones nerviosas comienzas a electrizar mi cuerpo, su interior se contrae y sus gemidos son aún más fuertes, estamos a punto de llegar al clímax.
Enreda sus piernas en mis caderas para darme mayor acceso, nos miramos fíjame a los ojos, acelero aún más mis movimientos, me toma del cuello para detenerse, yo la sujeto de los hombros, entro y salgo, entro y salgo, una, dos, tres, cuatro veces y de pronto el orgasmo se apodera de mi cuerpo, me hundo una última vez hasta lo más profundo de su ser y me derramó dentro de ella, mi mujer se contrae deliciosamente en un interior, cierra los ojos, se inclina hacia atrás y con un fuerte gemido se deja ir.

Caigo exhausto sobre ella, nuestras respiraciones aún están aceleradas y nuestros cuerpos aún siguen unidos y sudados. Tardo unos minutos en recomponerme y luego salgo despacio de ella. Me coloco a su lado y sube su cabeza en mi pecho, la acurruco, la acuno, ella me abraza.

- Te amo Diam... no sabes como
me...

- ¡Shht! - le coloco un dedo en los labios - ya habrá tiempo de hablar, ahora solo quiero tenerte a mi lado, sentir el latido de tu corazón acelerado por mí, impregnarme de tu aroma...

No dice más. Se acomoda y sube una de sus largas piernas sobre las mías, la abrazo para acércala más a mí... y así, desnudos, sudados y cansados, en un instante nos quedamos dormidos.