Capítulo 27

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Busco al chofer y le pido que me lleve a la Universidad. Sé que Zafiro está allá y necesito hablar con él.

- Hermano ¿Que haces aquí? - me saluda entrando a sus oficinas.

- Necesito hablar contigo - mi tono le anuncia mi molestia.

- ¿Quien te trajo? ¿Y serena? - toma mi brazo y me dirige a su despacho.

- Se quedó en casa, me trajo el chofer.

- Qué raro, nunca sales sin ella - nota mi gesto - ¿Que pasó Diamante? - me ayuda a sentarme y él también lo hace cerca de mi.

- Te lo voy a resumir, corrí a Esmeralda de la casa y pelee con Serenity.

- ¿Cómo dices? - está totalmente desconcertado - Explícame primero ¿porqué corriste a Esmeralda?

- Serenity ya no la soportaba y me lo pidió. Así que hablé con ella, la invité a marcharse y soltó una perorata que no tienes idea, pero eso no es lo importante,  lo peor fue cuando me dijo que tú amigo - lo señalo a donde creo que está y enfatizo la palabra "tú" - llamó a Serenity y ella nunca me dijo nada.

- ¿No me digas que te peleaste con Serena por eso? - incrédulo pregunta.

Guardo silencio.

- ¿Estás loco? - se carcajea - Diamante por Dios, Serena no puede controlar lo que hacen los demás. Si la hiciste sentir mal debes de ir a disculparte con ella - sus palabras son muy firmes, ya no está bromeando.

- Sé perfectamente que ella no es responsable de que Elijah le halla marcado pero sí de haber omitido esa información. - me estoy enfureciendo nuevamente.

- ¿Y para qué querías que te dijera? ve cómo estás, hecho un energúmeno.

- Mira Zafiro, no vine a que me dieras consejo... - mascullo entre dientes - vengo a que me comuniques con el idiota  ese.

- ¿Y que le vas a decir? - suspira pesadamente - Diamante, escúchate, no estás siendo lógico.

- No puedo ser lógico cuando un estúpido le llama a mi mujer y le dice no sé qué cosas- grito.

- Debes de calmarte por favor - me advierte - ¡no debes de ponerte así! ¡Ya me imagino la que le armaste a Serena!

- Y no quiero armártela a ti, así que hazme el favor de comunicarme con él.

- Bien, si quieres ponerte en ridículo ahora mismo le llamo - escucho que levanta el teléfono de la oficina  y marca un número.

Espero impaciente.

- Hola Elijah, oye no quiero interrumpir solo dame un segundo, alguien quiere hablar contigo.

Pone la bocina en mi mano. Si pudiera, haría pedazos el maldito teléfono. Otra vez me siento como loco.

- Elijah... - comienzo.

- ¿Diamante?

- Así es. Solo llamo para advertirte, espero que sea la última  vez que le llamas a mi mujer, no quiero volver a saber que la molestas de alguna manera, pensé que te había quedado claro que ella está conmigo, así que evítame la pena de ir hasta donde estás y partirte la cara. Porque aunque esté ciego, te juro que te podría romper hasta el alma ¿Me entendiste?

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora