Capítulo 22

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Siento un dulce beso en los labios, abro los ojos y veo a Serenity, es hermosa, un largo pelo rubio enmarca su cara. Sus ojos son azules como el mar, su piel parece de porcelana. Es bellísima.
Me mira con intensidad mientras acaricia mi rostro.

- Hola mi cielo - sonríe para mí. Es perfecta aún acabada de levantar.

- Buenos días amor mío - la acerco a mí y la beso. Sus labios son muy dulces.

- ¿Que quieres para desayunar? - Posa su cabeza en mi pecho y me abraza. Quisiera quedarme así todo el día.

- Lo que sea, mientras desayune contigo - la presiono más contra mi pecho y beso su cabeza.

- ¿Vas a llevar a los niños a la escuela? - pregunta.

- Sí, después pasaré por Zafiro e iremos a ver la universidad. Aunque si te soy sincero quisiera quedarme aquí junto a ti todo el día.

- Yo también, pero tenemos obligaciones. Anda, levántate y te espero en la cocina para que desayunemos todos en familia - me da un casto beso en los labios y sale de la habitación. Es tan sexy y tan hermosa que su presencia basta para que yo sea completamente feliz.

Todo es perfecto en mi vida, Serenity y los niños son mi todo. Me pongo de pie y justo cuando voy a buscar mi ropa al closet un dolor en los ojos me aturde. Pongo mis manos en ellos y los presiono, el dolor no aminora.  Los abro y todo es oscuridad, me mareo, grito de dolor y caigo de rodillas. ¡No puede ser! ¡No! ¡No veo nada! ¡Estoy ciego!

La alarma comienza a sonar y yo me  levanto sobresaltado. Los latidos de mi corazón están acelerados y sudo frío.

- ¿Qué pasa? ¿Estas bien? - he despertado a Serenity. - Me toma por la espalda, toca mi frente, me limpia el sudor - Diamante... háblame ¿qué te pasa? - pregunta con dulzura, pero escucho un dejo de preocupación.

- Tenía un sueño hermoso que se convirtió en una pesadilla - jadeo.

- Tranquiló, todo está bien - me abraza fuerte y yo la abrazo también. Necesito quitarme esta sensación de desilusión.

- Te amo - escondo mi rostro en su cuello.

- Yo también. Tranquilo, aquí estoy - acaricia mi pelo- ¿quieres contarme? puede servir para que te relajes.

- Te vi - aseguro.

- ¿Como que me viste? no entiendo - me separa de ella.

- ¡Te vi en mi sueño! - lo recuerdo y casi puedo sentir que aún estoy en el.

- ¿Me viste en tu sueño? ¿podías ver? - se sorprende.

- Sí, veía. Me despertabas con un beso y al abrir los ojos te podía ver, tu largo cabello rubio...

- ¿Mi cabello rubio? - me interrumpe - ¿cómo podrías saberlo? nunca nos conocimos antes... - reflexiona más para sí misma.

- No lo sé... - estoy muy abrumado.

- Tranquilo... ¿Que más pasó en tu sueño? ¿Por qué despertaste tan abruptamente? - me acerca un vaso de agua y lo bebo inmediatamente.

- Teníamos una familia... - tragó saliva - íbamos a desayunar, me puse de pie y de pronto perdí la vista - me cubro la cara con mis mano. La sensación tan vívida me aturde.

- Diamante... - me abraza nuevamente y trata de reconfortarme - solo un fue un sueño.

- Pero fue tan real...

- Lo sé, pero sólo es tu ansiedad por lo que platicamos ayer - asegura - ven, vamos, te darás un baño y te aseguro que te sentirás mejor.

- Bien. - no estoy muy convencido, pero dejo que ella me levante de la cama y me guíe hasta el baño.

𝕰𝖑 𝕴𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝕯𝖊 𝕯𝖎𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora