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Nada parecía ir bien, al menos no de la forma que Yugyeom y yo hubiésemos esperado, no es como si ambos esperaríamos que termine todo en un hermoso cuento de hadas.

Talvez si.

Llegaba un punto en el que creía que Jungkook me odiaba aún más y si no era así, estaba en proceso de hacerlo.

Posiblemente debía darle su espacio, más temía que él este deprimido y esa fue la razón de venir día a día para traerle comida o prepararla, no era bueno pero todo se aprende, yo lo hacía mediante Internet.

¿Y cómo entro a su casa? Bueno, tomé la llave aquel día de la repisa, supuse que en algún momento la necesitaría y eso momento llega diariamente sin falta.

Lamentablemente al día siguiente la comida seguía intacta, lo único que parecía desaparecer eran algunas frutas, una o dos, suponía que él salía cuando yo no estaba, osea entre las 10:00 p.m y las 12:00 p.m, para mí un mal horario para comer.

Exactamente fue así durante todo este mes, algo muy rutinario.

Justamente ahora me encontraba cocinando, sería algo simple, no era el mejor después de todo en esto de cocinar.

Siempre me quedaba como hasta las 6:00 p.m para ver si algo cambiaba, me sentaba en el sofá, ya sea viendo televisión o leyendo algún libro esperando alguna señal.

-¿Por qué no hay nada interesante?

Musité viendo la televisión con cierto desagrado. Lamentablemente hoy había olvidado mi libro y no me quedaba de otra.

Más hoy parecía ser especial.

Escuché como ligeros pasos se aproximaban en la escalera, entonces lo vi... Allí estaba.

Aún vestía su pijama y tenía el cabello todo despeinado.

Lo miré y él me ignoró, pasó detrás mío para ir por lo visto hacia la cocina, vi que se adentró, pensé en seguirle y hablarle, más decidí darle su espacio, al menos por ahora.

Suspiré un poco aliviado.

No era mi problema, más Jungkook siendo la cabeza de una empresa se comportaba infantil por una ruptura, no es como yo lo recordaba cuando él terminó conmigo, de hecho aún asistía al colegio.

Unos minutos después él estaba de vuelta, olímpicamente me ignoró y volvió a su habitación con dos manzanas en sus manos, era algo tranquilizante, me alegraba realmente que coma, aún si no era mucho.

💜💚💜

Una semana se repitió la misma rutina, pasaba por allí ignorandome llevando consigo entre dos a tres manzanas.

-Necesito manzanas

Habló sorprendiendome, se acercó y se sentó en el sillón adyacente al mío.

-¿Manzanas?

Él asintió y encogió sus piernas hacia su pecho.

-¿Qué esperas que coma? Tu comida me puede envenenar

Me miró con falsa molestia mordiendo la única manzana en su poder.

Lo inquietante era si él ya había probado mi comida, siempre se encontraba casi intacta.

-No es tan mala, exageras

¡Solo Di Perdon!- Vkook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora