Fueron al centro comercial y no pararon de mirar tiendas, Andrés no era fácil de convencer, siempre dudaba de los regalos que ella elegía, pero al final Tini consiguió sacarle algo sobre esa chica que la ayudo a elegir.- Es genial – él sonrió y luego la abrazó efusivamente. — ¿Cómo hemos podido vivir sin ti?
- Andrés – Tini le sonrió y se sonrojó un poco.
Luego fueron en busca de un regalo para Liliana, Tini le contó que mañana era el cumpleaños de su hermana.
(...)
Cuando llegaron a la casa, ya todos estaban en la mesa esperando la cena, Andrés subió a guardar el regalo y se sentó con ellos, Tini trataba de evitar la mirada de Sebastián, parecía molesto.
- Me han dicho que han salido juntos – Nicolás miró sonriente a Andrés. — ¿La pasaron bien?
- Sí – Andrés sonrió y le guiñó un ojo a Tini. – Muy bien.
- ¿Puedo saber a dónde fuiste? – Sebastián le preguntó a Tini, mirándola a los ojos.
- A dar un paseo y tomar algo – fue Andrés quien contestó al ver como ella se sentía incomoda. – Tini aprovecho para comprar el regalo de cumpleaños de su hermana.
- ¿Cumpleaños de tu hermana? – Sebastián la miró sorprendido.
- Si, es mañana – dijo Tini con una sonrisa. –
- Felicita a Liliana de mi parte – sonrió Nicolás.
- Gracias Nicolás – sonrió de nuevo.
Luego de la cena Andrés subió a su habitación, Sebastián y Nicolás se encerraron en la oficina para resolver algunos asuntos, así que Tini subió a la habitación. Caminaba tranquilamente por el pasillo cuando notó que la agarraban del brazo, se giró y ahí estaba Juan Manuel, mirándola fijamente.
- ¿Qué haces? – ella miró su brazo. — ¿Qué pasó?
- ¿Por qué no has dicho nada sobre lo que paso ayer? – Juan la miraba entre molestó y confundido. – Te callaste, ¿Por qué?
- ¿Por qué tendría que decirlo? – Tini jaló de su brazo y se libró de su agarre. – Además, ya te dije, le tengo cariño a Nicolás y no me gusta que se preocupe y lo pase mal.
- ¿Ahora tengo que pensar que lo haces por mi abuelo? – Juan rió cínicamente. – Conozco bien a las mujeres como tú, estarás aquí hasta que exprimas a mi familia, pero conmigo no podrás.
- No quiero nada de vos, ni de tu familia—Tini lo miró enojada. – Y no me importa lo que penses de mi, ya te dije. Vos podés hacer lo que quieras con tu vida, pero creo que Nicolás ya ha sufrido bastante.
- Qué sabrás tú sobre nosotros—Juan se giró enojado y caminó hacía su habitación, antes de entrar la miró de una manera fría. – No te metas en mi camino, si no quieres salir mal parada.
Tini entró a su habitación y suspiró, ¿por qué se comportaba de esa forma? Entró al baño, se cambió y se metió en la cama, estaba muy cansada. Cuando sus ojos comenzaron a cerrarse se sobresaltó al oír la puerta, siguió acostada ignorando a Sebastián que se movía por la habitación.
- No me dijiste nada del cumpleaños de tu hermana—El habló frente a la cama y Tini tuvo que mirarlo. — ¿Lo va ha celebrar?
- Sí – Tini desvió la mirada, él se estaba desnudando. – Mañana habrá una fiesta en nuestra casa.
- ¿Por eso no me lo dijiste?—Sebastián frunció el ceño mientras se metía a la cama. – No quieres que vaya.
- ¿Qué? – ella lo miró sorprendida. – No, es solo que, no es el tipo de fiesta al que estas acostumbrado. Además, pensé que no querrías ir.
- Te equivocaste – él la miró a los ojos. — ¿A que hora es?
- ¿Eh? – ella suspiró, tenerlo tan cerca la ponía nerviosa. – A las ocho.
- Bien, estaré aquí a las siete – Sebastián se recostó en la cama. –Me cambió y nos vamos.
- Esta bien – Tini habló despacio, no lo podía creer, ¿Qué le pasaba a ese hombre? ¿Y como le explicaría a su hermana el que él fuera a la fiesta? Volvió a cerrar los ojos, necesitaba descansar.
(...)
Tini despertó al sentir el roce del aliento de Sebastián contra su oreja, la estaba abrazando, notaba el brazo en torno a su cintura. Se quedó muy quieta, no sabía que hacer, tenía el cuerpo de Sebastián pegado al suyo, abrazándola por detrás y no podía negar que un hormigueo recorría su cuerpo al notar su piel.
De repente él se movió, se acercó aún más a ella y pudo notar que estaba excitado, ¿lo estaba haciendo aposta? ¿Y si estaba despierto? Lentamente ella aparto su brazo y después se levantó tratando de no hacer ruido, lo miró nerviosa, parecía estar dormido.
Caminó en silencio hasta el baño, necesitaba refrescarse, se miró en el espejo, ¿qué le estaba pasando? Abrió el grifo y comenzó ha extenderse algo de agua por los brazos y su escote.
- ¿Estas bien? – Sebastián estaba en la puerta observándola fijamente, Tini se sobresaltó al oír su voz.– Me desperté y no estabas en la cama.
- Si, sólo que tengo calor. – Tini evitó mirarlo. – Por eso me levanté.
- Deja que te ayude – Sebastián caminó hacia ella y se colocó detrás, Tini lo miraba sin saber que hacer. Delicadamente el apartó el cabello de ella hacia un lado, dejando su cuello libre, mojo sus manos bajo el grifo y acarició suavemente sus brazos, sonrió al ver la reacción de ella, volvió a mojar una de sus manos y la colocó sobre su escote, sin tocarla, dejando que algunas gotas de agua cayeran sobre su piel. Un suspiró salió de los labios de Tini y Sebastián comenzó a repartir suaves besos por su hombros siguiendo después hacia su cuello. – Hueles tan bien.
- Sebastián – Tini cerró los ojos tratando de recuperar la postura. – Pará, por favor.
- No puedo – le susurró en el oído y después rodeo su cintura girándola para tenerla de frente y capturó sus labios en un dulce beso. Tini no pudo resistirse más y rodeo el cuello de él con sus brazos.
Él la cargó entre sus brazos y salió del baño, la dejó sobre la cama y se tumbó sobre ella besándola apasionadamente.
Cada día necesitaba más a esa mujer, cada día la deseaba más.
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Acabo de terminar de escribir la novela, falta 9 capítulos para el final 🤧
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Trato Hecho - Sebastini✔️
Fanfiction¿Cuánto puede cambiar tu vida dos palabras? "Trato hecho" Esa es la respuesta de Martina a la propuesta de su jefe, Sebastián Obando, el hombre más deseado por todas las mujeres, y que está acostumbrado a conseguir todo lo que quiere. Y ahora lo q...