C24: Revisión

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Tini entreabrió un poco los ojos y los volvió a cerrar ante la molesta luz de una lámpara del techo. Oía las voces de todos:
"¿Cuánto tardara en despertar? Necesita descantar.
¿Se pondrá bien?
Nico no para de preguntar por ella. Estoy tan preocupada.
Estará bien, es muy fuerte"

No sabía como estaba, ni que había pasado exactamente, solo sentía su cuerpo débil. Cuando al fin pudo abrir los ojos, se encontró con el blanco techo de la habitación del hospital, y entonces los recuerdos la asaltaron. El fuerte golpe, el auto girando a toda velocidad, sangre, había sangre en su pierna... se llevo la mano a la pierna, un leve quejido de dolor salió de su boca.

-¡Tini! – Liliana corrió hacia la cama de su hermana con lagrimas en los ojos. — ¿Cómo estás?

- ¿Estas bien? – Nicolás estaba junto a ella mirándola preocupado, Juan detrás de Lili con un brazo puesto en el hombro de ella. Sintió como alguien tomaba su mano izquierda y reconoció ese tacto, era Sebastián, que la observaba profundamente. El dolor de cabeza se hizo intenso y llevo la mano a su frente, trató de levantarse.

-No te levantes – Fran le habló, estaba a los pies de la cama.

- Voy a buscar al doctor – Juan salió de la habitación rápidamente.

- Te diste un golpe en la cabeza, es normal que te duela – Nicolás acarició su pelo despacio. – Pero estas bien.

Tini asintió y volvió a fijar la mirada en Fran, el recuerdo de su voz volvió a su cabeza "Estoy aquí ¿okey? Estoy aquí como lo estuve en el pasado. Todo va a estar bien, no olvides que eres una mujer fuerte" Aunque no tenía los ojos abiertos fue consciente en el momento en que la sacaban del auto y la ponían sobre la camilla, y Fran estaba junto a ella, hablándole.

- Gracias – se dirigió a Fran que abrió los ojos sorprendido, todos fijaron su vista en él. – Por lo que me dijiste.

- ¿Me escuchaste? – Fran frunció el ceño y Tini asintió.

- Buenos días, señorita Stoessel – Un doctor bastante joven, moreno y alto entró a la habitación y se paró junto a la cama. — ¿Cómo se encuentra? ¿Le duele la cabeza? – Tini asintió levemente. – Muy bien, siga la luz – él le abrió los ojos y colocó frente a ellos una pequeña linterna que movía a ambos lados, luego le tomo el pulso. – Incorpórese— Tini hizo caso y entonces sintió algo de dolor en la pierna, pero también en el hombro, el doctor apartó la parte superior derecha de la bata, dejando a la vista su hombro y parte de su espalda, tenía una gasa. La quitó despacio y observó el corte, Tini gimió ante el tacto del guante sobre su herida. – Tranquila, recuéstese – Luego miró a todos. – Señores, necesito que salgan de la habitación, tengo que revisar a la paciente.

Todos hicieron caso, aunque Sebastián bastante reacio, Juan tuvo que empujarlo hacia la puerta para que salga con los demás. Cuando se quedaron a solas, el doctor se paro frente a la cama y Tini frunció el ceño.

-¿Pasa algo? – era extraño, algo pasaba.

- La verdad es que no tengo que revisarla señorita – el joven sonrió levemente. – Debo decirle algo y dadas las circunstancias, pensé que agradecería que fuera en privado.

- ¿De que se trata? – Tini se puso nerviosa, ¿estaba mal? ¿le pasaba algo?

- Lleva usted un dispositivo intrauterino – el inspiró profundamente. – Será llevada de inmediato a ginecología para que le sea retirado.

- ¿Por qué? – Tini lo miró sorprendida.

- Esta usted embarazada señorita Stoessel. – Al escuchar esas palabras, Tini se quedó paralizada en mitad de la cama, el doctor la observó por unos segundos, al ver que no reaccionaba se acercó a ella. — ¿Se encuentra bien?

-Yo, eh, si.. si – Tini suspiró y llevó una mano a su vientre, ¿embarazada? ¿de nuevo? ¿otro hijo de Sebastián? – ¿Él bebé esta bien?

- Todo parece estar bien, no se preocupe – él sonrió. – Pero es mejor retirar lo antes posible el dispositivo y de camino la revisaran para asegurarse que todo este bien. Pensé que usted querría saberlo antes que su familia.

- No – se puso nerviosa. – No les diga nada.

- De acuerdo – él asintió. – Soy su doctor y la confidencialidad con el paciente es lo primordial.

- Gracias – Tini suspiró aliviada.

- En seguida vendrá una enfermera para llevarla a ginecología – el doctor la miró. – Una cosa más, el feto parece estar bien, pero luego del accidente puede haber secuelas. Lo mejor es que se tome unas dos semanas de reposo, sin moverse apenas, para que el embarazo no sufra riesgos.

Tini solo asintió, aún estaba sorprendida, asustada, estaba embarazada, otro hijo, de nuevo ser madre soltera, con una casa que atender, el bufete de abogados, ¿cómo iba a decírselo a Liliana? ¡La mataría! Las lágrimas se juntaban en sus ojos, iba ser mamá, otra vez.

-¿Tini? ¿Estás bien? – Liliana entró a la habitación con los demás, se acerca a ella asustada y le tomó la mano.— ¿Qué pasa?

- ¿Qué te ha dicho el doctor? – Sebastián estaba nervioso, pero no apartaba la mirada de ella, pudo ver, ¿lágrimas en sus ojos? Entonces ella recordó a Nico.

- Nico—Tini miró a Nicolás. — ¿Mi hijo?

- Está con Andrés y Elena en la casa, no te preocupes – Nicolás sonrió cariñosamente. – Ya los llame, vienen en camino. Claro que he pensado que es mejor que el niño no venga a la clínica.

- Hola – Una enfermera entró a la habitación con una silla de ruedas. – ¿Lista?

- Si – Tini se incorporó en la cama con cuidado.

- ¿Dónde vas? – Liliana tomo a su hermana del brazo, todos la observaban preocupados.

- Tenemos que hacerle unas pruebas – La enfermera se acercó a ayudar a Tini, que le costaba bastante caminar, le dolía la herida en su muslo. – Volverá pronto.

Una vez en la silla de ruedas, la enfermera la llevó hasta ginecología. Y luego de ser retirado el DIU, revisaron el embarazo. Tini no podía evitar estar nerviosa, quería saber como estaba su hijo, su segundo hijo.

- Todo está bien Martina – la ginecóloga se sentó en su escritorio frente a ella.—Pero como el doctor Martínez te ha dicho, hay que ser cuidadosos. Deberás tomarte dos semanas de reposo, comer bien, hidratarte, evitar disgustos y te mandaré una vitaminas. Mandaré tu expediente a tu ginecóloga y ella te revisara cada cierto tiempo.

- Gracias—Tini sonrió aliviada, al menos todo estaba bien. — ¿De cuanto estoy?

- Unas siete semanas – la doctora sonrió, pero Tini se puso tensa de inmediato. ¿Siete semanas? Eso no coincidía con las vacaciones. De repente sus ojos se abrieron sorprendida ¡El casino! ¡Se había quedado embarazada aquella ocasión en el despacho de Sebastián! Sebastián no solo había vuelto a dejarla embarazada a pesar de usar anticonceptivo, sino que además a la primera, ¡A la primera!

Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora