C23: Te necesito

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- ... ¡Martina mírame! ¡Despierta! – Sebastián la miraba asustado, no reaccionaba.

- ¡Hay que sacarla de aquí! – Nicolás con lágrimas en los ojos trataba de abrir la puerta, pero no podía.

- Espera – Juan le dio la vuelta al auto y se dispuso ayudar a su abuelo mientras Sebastián seguía gritando dentro del carro. — ¡Está atrancada!

- ¡No! ¡Hay que sacarla! – Sebastián salió nervioso del auto y se dirigió a la puerta de ella, comenzó a darle patadas y golpes para que abriera, pero era imposible. Nicolás tuvo que sujetarlo para tratar de calmarlo. — ¡No! ¡No reacciona! ¡No se despierta!

- Ya por favor – abuelo y nieto cayeron al suelo derrumbados, Nicolás abrazaba fuertemente a Sebastián. – Se pondrá bien.

- ¡No puedo perderla abuelo! ¡No otra vez! – Sebastián lloraba desesperado mientras miraba el auto.

- Tini – Juan se había introducido en el auto por la puerta del conductor. La examinó atentamente, tenía un fuerte golpe en la cabeza, y algunos cortes en los brazos y en el cuello. Quizás podrían sacarla por la puerta del conductor, pero entonces vio su pierna. Tenía un cristal bastante grande clavado en ella. Salió del auto y se dirigió hacia ellos. – No podemos moverla.

- ¿Por qué? – Sebastián se levantó de golpe.

- Tiene un cristal clavado en la pierna, podría desangrarse. – Juan miraba a todos lados nerviosos.

- No – Sebastián volvió a entrar al auto y observó cómo su hermano tenía razón, llevo la mano hasta el rostro de ella y la acarició. – Te vas a poner bien, ¿Okey? Vas a curarte, por tu hijo, por tu hermana, y por mí. Porque sin ti no soy nada Martina, te necesito.

- ¡¿Dónde está la maldita ambulancia?! – Nicolás miraba por todos lados, la gente comenzaba a acercarse a ver el accidente. Algunos carros habían parado y llamaban por teléfono, seguramente a la policía. A lo lejos pudo ver a Liliana fuera del auto caminando histérica de un lugar a otro mientras tenía a Nico en sus brazos.

Las sirenas de la policía y ambulancias se acercaban rápidamente, dos autos patrullas frenaron a ambos lados del accidente para parar la circulación, dos ambulancias se pararon junto a ellos y un camión de bomberos estacionó en mitad del cruce.

-¡¿Están todos bien?! – Un policía se acercó a ellos. — ¡¿Hay alguien en los carros?!

- ¡Mi mujer! – Sebastián salió rápidamente del auto. — ¡Está atrapada!

- Tranquilícese, los bomberos se encargarán – el policía se acercó al auto. – Vaya a la ambulancia a que lo revisen.

- ¡No!¡Me quedo con ella! – Sebastián se resistió.

Nicolás y Juan fueron escoltados del lugar por dos policías, para que dejen espacio a los bomberos, y el conductor del otro vehículo era sacado por dos policías y guiado hasta una de las ambulancias. Al final Sebastián tuvo que obedecer, pero se quedó junto a la ambulancia, con Juan, Nicolás, Liliana y el niño, que preguntaba constantemente por su mamá.

-¿Por qué no la sacan? – Liliana no dejaba de llorar mientras veía a los bomberos forzando la puerta.

-Señores no deben estar aquí – Un policía se dirigió hacia ellos y al verlos se quedó parado observándolos. — ¿Lili?

- ¡Fran! ¡Tini está en el auto! – Liliana lloraba señalando el carro. — ¡Hacé algo por favor!

- ¿Qué? – Fran se giró rápidamente y observó el auto, salió corriendo hacia el, y se paró junto a la puerta, observándola mientras los bomberos trataban de abrir. – Vamos Tini, no puedes rendirte, no ahora, pasamos por mucho y tú eres fuerte.

Tras la intervención de tres bomberos, la puerta del auto se abrió. Los doctores atendieron inmediatamente a Martina antes de sacarla del vehículo. Fran estuvo a su lado en todo momento tratando de que despertara, pero eso no pasó. Una vez inmovilizaba en la camilla la trasladaron hasta la ambulancia.

- Tini – Lili se abrazó a Juan destrozada.

- Se pondrá bien – Juan trato de contener las lágrimas.

- La llevan a la clínica – Fran se acercó a ellos. – Síganme, les abriré caminó.

Sebastián y Nicolás se subieron al auto patrulla de Fran mientras los demás los siguieron en el otro auto. Cuando llegaron al hospital preguntaban por todos lados, pero nadie les daba razón de Martina.

Sólo podían esperar.

Esperar, como ella hizo una vez por Sebastián, y ahora él tenía que esperar para saber si había un futuro juntos. No podía irse, la quería, la amaba y la necesitaba.

En el siguiente capítulo se enterarán cositaaas🤭

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Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora