Tini se miraba en el espejo satisfecha, el cabello algo ondulado le quedaba muy bien.- Estas muy linda— Sebastián la observaba divertido desde la puerta del baño.
- Gracias – ella sonrió. – Ya pensaba que no vendrías.
- Perdón por el retraso – Sebastián caminó hasta el vestidor y tras agarrar su ropa, ingresó de nuevo en el baño, mientras Tini se dedicaba a terminar de maquillarse.
Esperaba sentada en uno de los sillones con el regalo de su hermana entre sus manos, cuando Sebastián salió del baño, lo miró sorprendida. Era extraño verlo sin su impecable traje de saco negro, llevaba unos jeans, una remera blanca y una chaqueta de cuero negro, no podía negar que se veía muy bien.
- ¿Nos vamos? – él la miró con una leve sonrisa.
Cuando bajaron, una empleada se acercó a ellos con un gran ramo de flores, Tini miró confundida a Sebastián cuando lo tomó entre sus manos.
- Son para tu hermana – él rió. — No pensaras que llegaré sin regalo, ¿o si?
Tini no respondió, solo le regaló una sonrisa y siguió el camino hacia la puerta, una vez fuera iba a abrir la puerta del coche, pero Sebastián la tomó del brazo.
- ¿Cómo pensabas ir a la fiesta si yo no iba? – La observaba con el ceño fruncido, hasta ahora no había pensado en cómo se movilizaba su esposa.
- En taxi – Tini se encogió de hombros. – Como siempre.
- Ven – agarró su mano y jaló de ella hacia la cochera, una vez dentro Tini miraba la gran exposición de coches que había en su interior. — ¿Qué te parece este? – Sebastián abrió la puerta del conductor de un mercedes deportivo color blanco. — ¿Te gusta?
- ¿Qué?—Tini lo miró a los ojos sin saber que decir. — ¿Un coche?
- No puedes estar moviéndote en taxi, eres mi esposa—Sebastián le guiñó un ojo. – Nadie lo usa, así que es todo tuyo, a menos que prefieras otro.
- No, me refiero a que no es necesario, de verdad – ella negó con la cabeza y ambos se quedaron mirándose fijamente, Sebastián levantó las cejas dándole a entender que no tenía otra opción que aceptar, así que ella suspiró. – Esta bien.
Se sentía extraña conduciendo, con Sebastián observándola atentamente y en un coche como ese. Estacionó frente a su casa y los nervios revolvieron su estómago, ¿cómo iba a explicarle a su hermana que Sebastián la acompañaba? ¿Cómo se comportaría él en la fiesta? Además, sus amigos no sabían que estaba casada.
Cuando regresó a la realidad, él ya le había abierto la puerta y la esperaba con una sonrisa divertida, Tini aceptó la mano que le tendía y bajó del coche. Por un instante sintió la fuerte atracción que ese hombre ejercía sobre ella, sus rostros quedaron tan cerca que casi podían tocarse levemente los labios.
Ella se apartó tratando de recuperar la compostura y tras cerrar el auto, caminó junto a él hacia la casa. Desde fuera se podía oír la música a todo volumen, estaba claro que su hermana había realizado una fiesta como las que ambas solían hacer, una de esas en las que todo se descontrolaba. Tocó el timbre, sin recordar que era su casa y tenía llaves, Liliana abrió la puerta y la miró con una sonrisa, pero su expresión cambió a sorpresa cuando observó que Sebastián iba con ella.
- Hola—Liliana no sabía que decir.
- Feliz cumpleaños – Tini abrazó a su hermana, aprovechando la cercanía para susurrar en su oído. – Lo siento, no sabía como negarme a que viniera.
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Trato Hecho - Sebastini✔️
Fanfiction¿Cuánto puede cambiar tu vida dos palabras? "Trato hecho" Esa es la respuesta de Martina a la propuesta de su jefe, Sebastián Obando, el hombre más deseado por todas las mujeres, y que está acostumbrado a conseguir todo lo que quiere. Y ahora lo q...