C21: Nada

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Sebastián suspiró, eran las siete de la mañana y acababa de estacionar el auto frente a la casa, estaba cansado. Miró de nuevo su teléfono, diez llamadas perdidas de su abuelo, no estaba de humor para aguantar regaños, solo quería dormir.

- Señor – Una de las empleadas se acercó a él. – Su abuelo estaba tratando de comunicarse con usted, dejo dicho que fuera al velatorio.

- ¿Al velatorio? – Sebastián frunció el ceño. — ¿Qué ha pasado?

- La madre de la señora Martina, falleció esta madrugada – Cuando el oyó esas palabras su cara se desencajó. Sabía lo que era perder un ser querido, entendía perfectamente el dolor que se sentía cuando pensabas que no volverías a ver a esa persona. Tini estaba pasando por eso y él no estaba a su lado.

Salió rápidamente de la casa y se subió a su coche, condujo desesperado y al llegar al lugar preguntó en información. La chica se demoró en contestarle y eso lo puso mucho más nervioso, para su sorpresa la madre de Tini estaba siendo enterrada en ese momento, así lo había decidido la familia. Pidió indicaciones y se dirigió al lugar.

Pudo distinguirla desde lejos, parada junto a su hermana, totalmente vestida de negro y con sus ojos desbordados de lágrimas. Estaba cansada y el dolor se reflejaba en su rostro, tras ella pudo ver a su abuelo y a Andrés, al menos habían estado a su lado.

Se acercó en silencio, Tini no parecía darse cuenta de que estaba ahí, espero a que todo acabara y cuando la gente comenzó a irse, se acercó a ella.

- Permiso – Liliana se retiró al verlo llegar, no sin antes fulminarlo con la mirada, cosa que desconcertó bastante a Sebastián.

- Lo siento – él la abrazó por detrás. – He venido en cuanto me he enterado.

- No importa – Tini no dejaba de mirar la tumba de su madre, la había perdido, ya no estaba, nada la ataba a ese lugar. Absolutamente nada. – Esto no entraba en el trato.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sebastián, ¿el trato? Pero si para él ya no era sólo un trato, inspiró profundamente, ella estaba dolida, debía entender que en ese momento no pensaba con claridad. Lo que él no sabía es que Tini tenía todo muy claro.

- Vamos – Sebastián la abrazó por los hombros y la obligó a caminar, Andrés, Nicolás y Liliana los seguían en silencio. – Necesitas descansar.

- Necesito estar sola – Tini se paró frente a otra tumba y la miró fijamente, se soltó del abrazo de Sebastián y se acercó a ella, para acariciar las letras que estaban grabadas en ella "Catalina Muzlera"—Por favor.

- Vayan – Liliana se paró junto a su hermana, también mirando la tumba. – Yo me quedaré con ella.

- No creo que sea buena idea – Sebastián trató de decir algo más, pero su abuelo lo jaló.

- Déjala, ahora necesitan estar solas – suspiró Nicolás.

Los tres caminaron por el cementerio, con dirección a los coches, sin decir alguna palabra. Nicolás no dejaba de pensar que su nieto no había estado en el momento más doloroso de la vida de su esposa, estaba en su casino.

- ¿Por qué te has molestado en venir? – Andrés habló en voz baja y estando su abuelo lo bastante lejos para que no lo escuchara. – Podrías haberte quedado en tu casino.

- No es un buen momento Andrés.

- Claro que no – él lo miró de reojo. – La madre de tu esposa acaba de ser enterrada y cuando ella supo la noticia estaba sola. Qué irónico ser consolada por el hermano que la trata mal y él que se supone que la quiere, ni aparece hasta el entierro.

Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora