C19: Confesiones

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Parte 2

Durante el resto de la noche, Nicolás y sus nietos no pudieron dejar de pensar en Tini y Liliana, tanto que decidieron esperar a que regresaran. Una espera bastante larga, hasta las tres de la mañana y no volvieron solas.

- Cuidado – Lili comenzó a reír cuando Bryan chocó contra uno de los jarrones que había junto a la puerta de entrada.

- Lo siento – él se disculpó sonrojado.

- ¿Estás segura de que estarán despiertos? – Anthony le preguntó a Tini en voz baja.

- Muy segura – Tini sonrió.

La luz se encendió de golpe y ahí estaban los cuatro hombres, esperándolas. Andrés parecía divertido con la situación, seguramente solo se había quedado para ver la pelea. Juan observaba a Liliana con el ceño fruncido, y Sebastián le dedicaba una mirada intensa a Martina y otra asesina a su acompañante. Y por último, Nicolás que estaba visiblemente nervioso.

-¿Qué hacen despiertos? – Tini les sonrió a todos.

- ¿Tú que crees? – Sebastián la miró con reproche.

- ¿La pasaron bien? – Juan sonreía irónicamente.

- Si – Liliana sonrió.

- Me alegro – Sebastián miró con odio a los chicos que las acompañaban. – Pero estas no son horas de traer a nadie a la casa.

- Te comportas como si fueras mi padre  – Tini lo retó. – Y no lo sos.

- Tienes razón, pero soy el padre de tu hijo – Sebastián la miraba a los ojos. – Un hijo que ha pasado prácticamente todo el día sin su mamá.

- ¡No te atrevas a echarme eso en cara cuando vos solo apareces cuando te conviene! – Tini lo señaló con el dedo. — ¡¿No querías pasar las vacaciones con tu hijo?! ¡Pues ya está!

- Sebastián no quería decir eso Tini – Nicolás miró a su nieto molesto.

- Claro que si quería decirlo – Sebastián miró de reojo a su abuelo. – Es lo que pienso. No he hecho este viaje para nada.

- ¿Lo hiciste para disfrutar de las vacaciones con tu hijo no? – Liliana le sonrió. — ¿No es así?

- ¡Si! – Sebastián estaba nervioso.

- Entonces no entiendo que te enoja – Tini levantó una ceja. – Has estado todo el día con Nico.

- ¡Pero sin ti! – Sebastián explotó de golpe. — ¡No planeamos todo esto para que ahora te largaras con el primero que pasa!

Todos se quedaron en silencio, Andrés, Juan, y Nicolás observaban a Sebastián con los ojos abiertos, ¿Acababa de decirle a Tini que lo habían planeado? Liliana asintió satisfecha, lo habían conseguido. Sebastián observaba nervioso a Tini, ni se había dado cuenta que esas palabras habían salido de su boca. Esperaba sus gritos, pero no, ella no gritaba, ni los insultaba, solo los miraba fijamente.

-Ya pueden irse chicos – Los miró con una sonrisa. – Gracias y lamento esto.

- Un gusto ayudarte preciosa– Anthony asintió y junto a su amigo, se fueron.

- ¿Qué? – Nicolás miraba a Tini sorprendido.

- ¿Lo sabías? – Andrés sonrió, era lista, muy lista.

- ¿Creían que podían engañarme de nuevo? – Tini miró uno a uno, luego se detuvo en Nicolás, mirándolo a los ojos. – Querías unas vacaciones en familia, pero olvidaste una cosa. Las familias no se mienten.

Dicho esto, Tini salió de la sala para subir a su habitación, Liliana miró una última vez a Juan y siguió a su hermana. Los Obando se quedaron allí de pie, paralizados. Nicolás se llevó una mano a la cabeza, ¿cómo podría pedirle perdón por eso? Martina confiaba en él y ahora no podría hacerlo. Se fue a su habitación, y Andrés lo siguió para irse a la suya. Sólo quedaron Juan y Sebastián, que se miraban el uno al otro.

(...)

Tini estaba comenzando a dormirse cuando sintió un ruido en su habitación, se incorporó en la cama y encendió la luz.

- ¿Qué haces aquí? – Observó a Sebastián parado junto a la puerta.

- No puedo dormir – Sebastián la miró triste. – Perdón.

- Es tarde Sebastián – Tini se levantó de la cama y caminó hacia él. – Mañana hablaremos.

- No, necesito que hablemos ahora – Él la tomo por los hombros. – Por favor.

- Esta bien – Tini suspiró. — ¿Por qué mentiras de nuevo? Acabas de entrar de nuevo a nuestras vidas.

- Tenía tantas ganas de estar con ustedes – suspiró nervioso y caminó por la habitación. — No sabía como acercarme a ti, no después de lo que paso.

- No tienes que acercarte a mi – Tini frunció el ceño. – Sólo a tu hijo.

- ¡No puedo! – Sebastián caminó rápido hacia ella y la aprisionó contra la pared. – No puedo estar cerca tuyo sin desear tocarte, besarte – Hablaba con sus labios muy cerca mientras la miraba a los ojos. – No puedo evitar quererte, no he podido en estos años y no quiero hacerlo ahora.

Tini se quedó paralizada al escucharlo, ¿quererla? ¿Había dicho que la quería? Colocó sus manos en el pecho de Sebastián, para apartarlo, pero no fue capaz, se quedó ahí quieta, mirándolo a los ojos. Esos ojos que hacían que olvidara todo y de nuevo su mundo se desvaneció. Sintió el calor de los labios de él recorriendo cada rincón de su cuerpo, el tacto de sus manos acariciándola, el sabor de su lengua, su olor. Y supo que no había más, solo ellos, como antes, como aquellas noches en las que hacían el amor.

Las sábanas se enfadaban en sus cuerpos que se movían unidos lentamente, disfrutando el momento. Acariciándose y besándose como si fuera la última y la primera vez, el calor inundaba la habitación, y junto a eso, sus jadeos y suspiros de placer. El leve viento que entraba por las ventanas movía las cortinas lentamente, dejando entrar la luz de la luna.

Todo era perfecto, al menos esa noche.

•••

Ayyyyy, quiero pedirles perdón por demorarme en actualizar:( lo mismo de siempre, la facultad con las clases virtuales que me tienen loca. Ya me moría por poder editar el capítulo y subirlo... Igual no puedo prometer nada, no sé si estaré actualizando seguido, pero haré lo posibleee❤️

80votos y 200 comentarios.

Pat: El 26 de Septiembre publicaré una nueva novela, en el tablero avise un poco sobre eso🤭

Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora