C18: El plan

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Parte1

El despertador sonó y Tini lo apagó rápidamente, se levantó de la cama y se vistió para salir a correr. Normalmente corría cuando se despertaba, pero hoy era distinto, necesitaba que fuera a la misma hora de ayer.

Mientras corría junto a la orilla, observaba toda la playa, hasta que vio a aquel gigantesco perro correteando alrededor de su dueño.

-¡Sebastián! – se sintió tan extraña llamando al perro así, el animal levantó las orejas al escucharla y salió corriendo de nuevo hacia ella. Quizás no había sido tan buena idea llamarlo, volvió a saltarle encima y Tini de nuevo cayó en la arena. Por suerte, esta vez no había agua.

- Esta vez no fue culpa mía – Anthony se acercó a ella con una sonrisa y le tendió una mano para ayudarla. – Tú lo llamaste.

- Si – Tini suspiró. – No pensé que pasaría esto —rió.

-¿Y que haces por aquí tan temprano? – Anthony sostuvo al perro del collar.

- La verdad, vine buscándote – Tini sonrió.– Sé que nos conocemos hace poco, pero necesito pedirte un favor.

- ¿A mí? – él frunció el ceño, pero después sonrió. – Supongo que te debo una, por el accidente de ayer.

(...)

- Me siento como una adolescente – Liliana le hablaba a su hermana en voz baja, sentada en la arena. – Pero será divertido.

- Se lo merece – Tini fijo la vista en Sebastián que sostenía a su hijo en alto y entraba al agua con él.

- ¿Y estás segura que el amigo estará de acuerdo? – Lili se quedó pensativa. – Tendrán que ser buenos actores.

- Igual que nosotras – Tini sonrió levemente, fijo la vista en la orilla, a unos metros de ellas. – Ahí están.

Ambas hermanas se levantaron de sus toallas y caminaron hacia donde Andrés, Juan y Nicolás se encontraban. Ellos estaban conversando mientras veían a Nico jugar con su padre. A los poco segundos, Sebastián salió del agua con el niño y se acercó a ellos.

- Mira mami – Nico señalaba a un perro que corría hacia ellos.

- ¡Que bicho! – Andrés abrió los ojos exageradamente.

- Nico ven – Sebastián cargó al niño por si el animal lo golpeaba.

- ¡Sebastián! ¡Quieto! – ante los gritos de Tini, el perro paró frente a ella,y todos se quedaron observándola sorprendidos. Liliana comenzó a acariciar al perro sonriente.

- ¿Sebastián? – Andrés comenzó a reír. — ¡Se llama como tú hermanito!

- ¿Y como lo conoces? – Nicolás observó a Tini y al perro con el ceño fruncido, Juan miraba fijamente a Liliana que acariciaba al perro y Sebastián aún con su hijo en brazos, fruncía el ceño molesto.

-Yo quiero juga con perro – Nico se removía entre los brazos de su padre.

- ¡Una abogada en la playa! – Anthony se acercó sonriente a ellos. — ¡El mundo es tan pequeño!

- ¡Las hermanas Stoessel! – Un chico rubio de ojos verdes caminaba junto a Anthony con una sonrisa. — ¿De vacaciones? ¡No lo puedo creer!

- Alguna vez hay que tomarse vacaciones, ¿no? – Tini caminó hacia ambos y los abrazó, Anthony permaneció con su brazo pasado por la cintura de Tini.

- El milagro es que mi hermana diga eso – Lili rió y tras darle dos besos a Anthony, abrazó al otro chico que la sostuvo en el aire unos segundos.

Nicolás y los tres hermanos observaban confundidos la escena, mientras Nico que ya estaba en el suelo acariciaba al perro con una sonrisa.

-Íbamos a tomarnos algo—Anthony miró a Tini y le guiñó un ojo. — ¿Se apuntan?

- Hace mucho que no nos divertimos juntos – el otro chico paso un brazo por la cintura de Lili.

- Vamos – Liliana miró a su hermana sonriendo.

- Esta bien – Tini rió y dirigió su mirada hacia los demás – Se quedan con Nico ¿si? No creo que tardemos mucho.

- Bueno, eso nunca se sabe – Lili se mordió el labio tratando de aguantar la risa.

- Creo que al final estas vacaciones van a ser divertidas – Tini miró a Anthony, le sonrió y luego se acercó a Nico, le dio un beso en la frente. – Pórtate bien cielo.

- Si mami – Nico asintió sin dejar de mirar al perro.

Los Obando se quedaron mirando como Tini y Liliana se iban con esos dos hombres, ¿eso acababa de pasar? Tini los había ignorado, se había ido a tomar algo dejándolos allí plantados.

-Esto es lo más raro que he hecho en mi vida – Anthony miró a Tini de reojo.

- Gracias—Tini sonrió. – Les debo una.

- Yo te la debía por lo del perro – Él le guiño un ojo y luego señaló a su amigo. – Por cierto, él es Bryan.

- Encantada – Tini le dio dos besos.

- Lo mismo digo – Lili le sonrió amablemente.

- Bueno, me encanta estar con chicas tan guapa – Bryan sonrió. – Pero, ¿Qué hacemos?

- Ir a tomar algo – Tini le guiñó un ojo. — ¿Ese no era el plan?

Eran la ocho de la noche, cuando ambas hermanas regresaron a la casa, todos estaban en el jardín. Sin saludarlos, se dirigieron a su habitación, se bañaron y se arreglaron. Cuando regresaron abajo todos estaban en la sala.

-Buenas noches – Liliana entró con un vestido negro amarrado al cuello, sonrió a todos y se quedó junto al sofá.

- Vaya – Juan no fue capaz de decir nada más.

- ¡Mami! – Nico corrió hacia Tini que acababa de entrar por la puerta con un vestido azul, bastante corto.

-Hola bebé – Tini abrazó a su pequeño y le dio un beso en la frente. — ¿Cómo te has portado?

- ¡Bien! – Nico sonrió.

- Están muy guapas – Nicolás observaba a ambas hermanas con el ceño fruncido.

- ¿Cuál es el plan? – Andrés se levantó del sofá feliz. — ¿Vamos de fiesta?

- Nosotras si – Liliana contestó mirando a Juan, el timbre de la casa sonó y la empleada fue rápidamente a abrir. En unos segundos el ambiente se volvió tenso, Anthony y Bryan acababan de entrar a la sala.

- Hola chicas – Anthony abrazo a Tini. – Estás preciosa.

- Wooow – Bryan miró a Liliana de arriba abajo. – Esta noche me la voy a pasar muy bien.

- Bueno, nosotros tenemos que irnos – Tini le dio un beso a su hijo. – Haz caso a todo lo que te diga papá y el abuelo.

- Esperen – Juan se levantó del sofá con el ceño fruncido.

- ¿A dónde van? – Sebastián al fin reaccionó, llevaba todo el rato sentado junto a su abuelo como si fuera una estatua.

- Por ahí – Liliana sonrió y ambas hermanas con sus acompañantes salieron de la sala y de la casa sin poder parar de reír.

Durante el resto de la noche, abuelo y nietos no podían dejar de pensar en Tini y Liliana, tanto que se desvelaron y decidieron esperar a que regresaran. Una espera bastante larga, hasta las tres de la mañana y no volvieron solas...

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