C4: Nicolás Obando

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- ¿Cómo se supone que debo ir vestida? – Tini caminaba nerviosa por la habitación revisando toda su ropa.

- No sé – Liliana aún miraba sorprendida a su hermana. – Vas a conocer a Nicolás Obando.

- Lo sé – suspiró Tini, saco de su placard un jean negro, luego una blusa y por ultimo un abrigo, era la ropa más cara que tenía, aquella que se compro para su visita de último año en el juzgado, sus prácticas de derecho.

Se metió al baño y tras bañarse se puso la ropa, se miró en el espejo, se maquillo un poco y listo.

Mientras caminaba hacia el casino no podía dejar de pensar en lo que se estaba metiendo, iba a conocer a Nicolás Obando, ¿cómo se suponía que se debía comportar?

- Buenos días Martina – Alex la miraba sonriente en la puerta. – Estas muy guapa hoy.

- Gracias – le sonrió, ese hombre siempre había sido muy amable con ella. — ¿Sabes donde esta el señor Obando?

- Te esta esperando en su oficina – Alex frunció el ceño. – Deberías llamarlo por su nombre, será tu esposo.

Tini no contestó, simplemente se dirigió a la oficina y entró sin llamar, ya que sabía que no serviría de nada.

- Hola – él la miraba divertido desde su asiento. – Estas muy elegante.

- Gracias – Tini no lo miró. — ¿Nos vamos?

- Espera – Sebastián se acercó a ella sonriente, le tomo la mano y le puso un anillo. – Estamos comprometidos, ¿recuerdas?

- ¿Esto es necesario? – Ella miraba su mano con aquel precioso anillo reluciente. – No creo que haga falta señor Obando.

- Deja de llamarme así – Sebastián la obligó a mirarlo a la cara. – Vamos a casarnos, así que llámame por mi nombre.

- Esta bien – contestó Tini y volvió a desviar la mirada.

En el camino ninguno de los dos habló, Tini se sentía incómoda sentada en aquel Mercedes-Benz junto a Sebastián, el hombre más deseado por las mujeres.

Nada más llegar, él la abrazó por la cintura y ella no pudo evitar ponerse tensa, fingir le costaría demasiado.

- Buenos días – dijo Nicolás, un hombre mayor de cabello canoso y una agradable sonrisa. Los observaba desde el sofá de la sala. Se levantó y caminó hacia ellos.

- Abuelo, te presento a Martina Stoessel – Sebastián sonrió. – Mi prometida.

- Vaya es muy hermosa, mis felicitaciones Sebastián – Nicolás sonrió y después tomo la mano de Martina para besársela. – Es un placer conocerte, Martina.

- Gracias señor Obando – ella sonrió. – Para mi también es un placer.

- Por favor, llámame Nicolás – sonrió y les indico la sala. – Tenemos un almuerzo.

Nicolás se sentó en el sofá, observando los movimientos de los dos.

Para él no paso desapercibido que aunque su nieto sostenía su mano y se sentó junto a Tini, ella estaba incómoda y trataba de evitar mirarlo.

La noche anterior cuando su nieto le dijo que aceptaba su propuesta, lo que menos esperaba es que le dijera que ya estaba comprometido. Y se sorprendió más cuando le dijo que ella era abogada, no era la clase de mujer con la que Sebastián salía y eso estaba más que claro observándola. Todas las preguntas que Nicolás les hacía, sobre como se conocieron, donde, y demás eran contestadas por Sebastián y en alguna ocasión logro observar sorpresa en el rostro de Tini con aquellas respuestas.

Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora