C29: Por tu familia

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Tini revisaba algunos documentos en su oficina, tenía demasiadas cosas que organizar, y también que ponerse al día. Había estado bastante tiempo alejada de su trabajo.

- ¿Cansa? – Christian entró sonriente al despacho. –Tómalo con calma.

- Sabés que no me gusta tener trabajo atrasado – Tini suspiró.

- Debes relajarte – Christian se sentó frente a ella sonriente. – Ahora tienes que pensar en tu bebé.

El teléfono del despacho sonó, Tini suspiró agotada y alargó el brazo para atender.

- Dime Lili – Seguía firmando unos documentos mientras sostenía el teléfono con su hombro.

- Sebastián esta aquí – Liliana habló sonriente. — ¿Le digo que pase?

- Esta bien –  Tini frunció el ceño, ¿allí? ¿Qué quería ahora? Desde que regresó a su casa, Sebastián la llamaba todos los días, por la mañana y por la noche. Sin olvidar que casi todas las tardes pasaba a ver a Nico, y a preguntar por el embarazo. Y además, le enviaba flores y chocolates.

- Buenas tardes – Sebastián entró sonriente al despacho, saludó a Christian con un asentimiento de cabeza y posó su mirada en Tini. — ¿Cómo te encuentras?

- Igual que esta mañana a las diez cuando llamaste Sebastián, bien – Tini suspiró. — ¿Pasó algo con la empresa?

- No – Sebastián sonrió. – Tienes cita con el médico en una hora y vengo para acompañarte.

- ¿Qué? – Tini lo miró sorprendida, ¿cómo sabía él eso? Observó a Christian que se encogió de hombros y de nuevo posó la vista en él. – No es necesario que me acompañes.

- Quiero acompañarte – Sebastián la miraba a los ojos. – Será la primera ecografía.

- Esta bien, sólo espérame a que termine con unos papeles – Tini volvió a concentrarse en sus documentos, mientras Sebastián y Christian charlaban. Luego salió de su despacho y se dirigió a la mesa de su hermana en busca de su bolso, aprovechando para hablar con ella en voz baja. – Vos le avisaste, ¿desde cuándo lo ayudas?

- Yo solo te ayudo a vos hermanita – Lili sonrió. – Ahora ve con el padre de tu hijo a tu revisión y llámame al salir para saber como está todo. Adiós, te amo.

- Yo también, pero esta me la cobraré – Tini agarró su bolso y caminó hacia Sebastián que la esperaba en la entrada del ascensor observándola atentamente. – Vamos.

Bajaron en silencio absoluto, luego caminaron hasta el auto de él, Sebastián no dejaba de obsérvarla de reojo en el trayecto al doctor.

-¿Por qué me miras tanto? – Tini lo miró molesta.

- Tus pechos – Sebastián contestó rápidamente y se mordió el labio al ver la mirada recrimitario de ella. – Quería decir, es que están más grande, por el embarazo. Cómo cuando te fuiste.

-Ah – Tini miró al frente con el ceño fruncido, ¿sus pechos?¿se estaba volviendo loco? ¿o era ella la que estaba loca?

- ¿Estás bien? – Sebastián se arrepintió de haber dicho eso, pero verla con esa blusa blanca con escote, y que encima resaltaba su piel. Lo estaba volviendo loco, ya ni sabía lo que decía.

- Sí – Tini suspiró y miró por la ventanilla. – Sólo estoy cansada.

- ¿Cansada? ¿Segura que estás bien? – Sebastián estacionó el auto sin dejar de mirarla de lado.

- Estoy bien – Tini abrió la puerta y se bajó decidida. Estaba cansada de sus atenciones, eso solo la hacía ponerse más nerviosa.

Tuvieron que quedarse en la sala de espera durante unos veinte minutos, hasta que la ginecóloga de Tini estuvo libre para atenderla.

Trato Hecho - Sebastini✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora