Cap 4

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La joven rubia se encuentra en un pequeño callejón donde es casi imposible ver bien los rostros de las personas, pero no se encuentra sola, pues nada más y nada menos que el mismísimo Natsu Dragneel está con ella, mejor conocido como Salamander por sus amigos y toda la prestigiosa Universidad de Fairy Tail. Sin permiso de la joven, el chico de cabellos rosados la cargo sobre su hombro como un costal de papas, sin importarle los insultos y golpes de la chica se la llevó hasta que paró un taxi, la subió en el asiento de atrás y el taxi partió rumbo a la dirección dada por él.

- ¿A dónde me llevas? - preguntó nerviosa la joven.

¿Cómo se le ocurre dejarse de llevar de un extraño? De un extraño increíblemente candente, pero no era ese el punto. Estaba en una ciudad que no conocía, con un chico que bien podía ser un asesino o incluso un violador.

- Relajate - Dijo suspirando el chico y masajeando el puente de su nariz.

Al parecer había notado el nerviosismo de la joven desconocida, pero tampoco podía ser tan duro con ella, después de todo, ella le ayudaría a darle una lección a su padre y dejarle en claro que él también podía jugar a su juego y mucho mejor.

- Llegamos señor, son 50 por los dos - Dijo el taxista.
- Yo pago - se adelantó el pelirosa.

Antes que ella siquiera fomulara una palabra, nuevamente Natsu la tomó desprevenida entrando por el enorme portón de rejas blancas abierto, llamando la atención de unos cuantos que pasaban por allí. El trasero de Lucy quedaba justo en la cara del Dragneel, cosa que a ella le avergonzaba y él simplemente disfrutaba de la vista.

- ¡Bajame! - Gritó incómoda por la posición.
- ¿Podrías callarte? - Dijo ya al borde del enojo.

Que chica más chillona, pensó; aún asi, no le quitaba lo sexy y hermosa. Pasó de largo por el salón principal donde sería la "presentación" de su nueva madre y subió por las escaleras hasta llegar a su antiguo cuarto donde dejó a la chica sin cuidado en su cama.

- ¿Q-que hacemos aquí? - preguntó Lucy nerviosa.

Era obvio que miles de pensamientos se le pasaban por la mente, acaso ¿Este chico la violaria? ¿Qué le haría? Al escuchar el pestillo de la puerta, sus sentidos se alertaron, se paró de la cama cual resorte e intento huir pero falló, Natsu se interponia entre ella y su única salida, la puerta.

- Oye, no te haré nada - aclaró al ver que la chica estaba pálida del miedo.
- ¿Porque me trajiste aquí? Es más ¿Donde es aquí? - preguntó nerviosa.
- Con esto podrás agradecerme y disculparme por lo del callejón - aclaró.

Ella lo vio sin entender ¿a qué se refería con "esto"? El joven se acercó a su armario y sacó una muda de ropa para ella de mujer, se la tendió, ella lo vio extrañada.

- Pontelo, el baño está detrás de ti, aquí espero - ordenó.

Sin más opción ella tomó la ropa que él le estaba dando junto a los zapatos, los examinó por un momento y luego habló.

- Mira chico, si me harás usar ropa de una de tus conquistas estas muy equivocado, porque no...
- Era de mi madre - aclaró.

¡Que vergüenza! Pensó la chica, el color carmesí pintaba sus lindas y pálidas mejillas, ese comentario retumbaba en su mente ¿cuándo aprenderá a quedarse callada?

- Cambiate rápido - Dijo empujandolo al baño.

Sin reproches obedeció, cerró con seguro y empezó a despojarse de su ropa actual, se colocó la muda y los zapatos que el chico le había dado, se vio fijamente en el espejo del lava manos, no se veía mal, al contrario, era una ropa bastante cómoda. Acomodó mejor su cabello y sus lentes y salió, al pasar por puerta logró ver que el chico también estaba cambiado, el pelirosa la vio fijamente, le quedaba como anillo al dedo.

Accidentalmente Enamorados ; Natsu Dragneel [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora