Cada uno planeo la misma sorpresa para sus novias y en caso de Jellal, esposa, pero con distinta canción y pues el peli azul le dio un ramo de rosas a su mujer y un enorme pastel de fresas, el favorito de ella.
Cada quien iban de regreso a su casa a pie, salvo Natsu y Lucy, ella había traído su auto así que ellos irían allí, se ofrecieron a llevarlos, sin embargo el resto se negó, querían disfrutar un poco de la hermosa noche buena y de los hermosos y helado copos de nieve caer al suelo adornandolo de ese color blanco. La rubia está vez subió de copiloto mientras que él iría manejando, había sido una noche llena de sorpresas y ella estaba lo suficientemente cansada como para manejar y lo que menos quería era provocar un accidente y ser la primera plana en la mañana por ello.
El sueño estaba dominando el sistema de la chica quein por su parte luchaba por mantener los ojos abiertos y en pocos intentos lo lograba.
- Luce, está bien si duermes - le dijo suavemente.
- No quiero dejarte sólo manejando - bostezo tratando de mantener sus ojos abiertos después.
- Estaré bien, tu duerme.
Y ante sus palabras cedió. Cerró sus ojos dejándose llevar por la melatonina que su glándula pineal producía para dormir, el camino fue corto y no quería despertarla más cuando se veía tan tierna durmiendo y tan tranquila, la bajo del auto sin despertarla o hacer algo movimiento brusco y la llevo hasta su habitación acostandola en su cama.
Quito los zapatos de la chica y la arropo con las sábanas de su cama o eso intento, dándole un beso en la mejilla dio vuelta para irse pero un suave agarre lo detuvo, miró sobre su hombro para encontrarse con Lucy.
- No te vayas - pidió amable - quédate.
Su voz tan adormilada, suave y sincera enternecieron su corazón ¿Cómo negarle algo a ella? No podía hacerlo, era alguien consentidor con ella y eso que sólo eran novios, pero no podían culparlo, con una novia como Lucy Heartfilia; harías hasta lo imposible por ella y no por el apellido, no, sino porque se lo merece, porque se lo ganó.
Haciendo caso a las palabras de su novia, asintió.
- Deja que vaya a cambiarme primero - informó para así irse a su cuarto.
Lucy con pereza se algo de su cama y con una lentitud de caracol comenzó a quitar su ropa despacio, el cansacio era su peor enemigo, Natsu ya con su pijama que era únicamente un pantalón negro de chándal y una camisa sin mangas, llegó a la habitación de su novia donde paró en seco al verla.
¡Qué preciosidad de criatura! Pensó, más bien gritó internamente. Estaba vestida con una lencería de encaje rojo provocadora ¡Dios! Esa mujer era una verdadera diosa, pero debía controlar sus impulsos y mantener a raya su testosterona. La rubia ya sabía que él estaba allí, quería eso más que nadie y como dicen por allí: Vale más hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse, pero en su caso, no se iba a arrepentir nunca. Lucy camino contorneando sus caderas sintiendo la penetrante mirada del peli rosa clavando en su espalda y él no pudo resistirse más.
Deseo. Por su mente sólo esa palabra pasaba, lentamente comenzó a acercarse hacia ella dándole la vuelta para quedar frente a frente y arrinconandola contra un extremo de la habitación, aprisionandola entre sus brazos, brazo a que colocó a ambos lados de la cabeza de la rubia. Observandose lascivamente y con curiosidad.
Sus alimentos chocaban entre si respirando el del otro, ella se quedó totalmente paralizada y atontada, aunque lo deseaba sus nervios la comenzaron a dominar, la cercanía de era demasiado para ella. Después de unos segundos, él decidió unir sus labios comenzando como un ligero roce apenas perceptible, Lucy abrió los ojos como platos al sentir que Natsu la besaba así y su asombro fue en aumento cuando él mordió ligeramente su labio inferior haciéndolo sangrar en escasas magnitudes. Los besos de ellos nunca habían sido así, siempre eran tiernos y cariñosos, pero este era lujurioso, pasional y deseoso.
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Accidentalmente Enamorados ; Natsu Dragneel [#1]
Fanfiction❝FINALIZADA❞ En contra del mandato de su familia, una joven adinerada se hace pasar por una estudiante común en la Universidad, donde accidentalmente conoce al hijo de las personas que tienen las respuestas a las preguntas de su pasado.