Accidentalmente Enamorados ; Natsu Dragneel [#1]

Cap 25

- Así que no saben como llegó esa serpiente a tu cuarto - concluyó Levy.
- No, es más... esa serpiente no pertenece a estos continentes - Dijo la rubia.

Había pasado un cuarto de minutos desde que despertó, le realizaron un chequeo de rutina a ver que tan bien estaba, afortunadamente no había dañado tejidos, pero debía dudar de hasta mañana en el hospital por cualquier reacción. Sin más remedio, ella tuvo que aceptar, hace apenas unos segundos sus amiga sabían venido de visita para tratar de alegrarla de ese triste ambiente de hospital.

Le traía pequeños malos recuerdos estar allí, su mirada debería en el vacío cuñado la dejaban sólo, ese pequeño nudo en el estómago se formaba no dejandola respirar bien pero no podía demostrarlo; era demasiado doloroso para ella hablar sobre dicho tema que le ponía los nervios a flor de piel.

- Por cierto, Lu-chan. Los profesores han visto tus notas y pues te hagan un sólo examen - informó su pequeña amiga.
- ¿Un sólo examen?
- Como tienes notas impecables, sólo te realizarán un examen para todas las clases que llevamos incluidas tu carrera de literatura, el porcentaje que saques en ese examen es el que te pondrán en cada materia - explicó Erza.

Era la primera vez que hacían eso en Fairy Tail, pues nunca sabían tenido una alumna tan dedicada, habían alumnos inteligentes, pero ella era otro nivel.

- Vaya, no sabía que se podía hacer eso - sinceró la rubia.
- De hecho no se puede, hicieron una excepción por ti Lucy-san.
- ¿Por mi? Espero que no sea por mi apellido.
- Claro que no Lucy-san, llevas mejores calificaciones que nosotras tres juntas, te mereces eso - su amiga azulada sonreía dándole ánimos.
- Bueno, si es así... Me esforzare el doble - sonrió.
- Ya sabes que si tienes dudas... - Dijo Erza.
- Me tiene a mi para ayudarle - interrumpió el pelirosa.

Desde que sus amigas habían llegado sólo se fue a darse una ducha y a cambiarse y regresó como un rayo.

- Sin ofender Natsu, pero entre las 3 podemos ayudarle - sonrió burlona la de cabellos escarlata.

Le gustaba molestar a su amigo, desde que eran niños le gastaba bromas incluido Gray.

- Cierto, pero ninguna es novio de Lucy.

Con eso las dejo calladas, el trío de amigas lo vieron con ojos asesinos mientras él sólo reía por su propio comentario.

- A lo que venía, la hora de visitas acabó.
- ¿Tan rápido? - preguntó Juvia.
- Así es, ya no tarda en venir la enfermera, además que quiero hablar de algo con ustedes tres.

Su cara denotaba seriedad, ellas salieron no sin antes despedirse de su amigas y prometerle venir después. Como había dicho su novio, la enfermera vino a administrarle unos medicamentos y a limpias su herida, por si quedaban rastros de veneno. Poco a poco se fue quedando plácidamente dormida, la enfermera anotó unas cuantas cosas en su expediente y salió de la habitación.

Un hombre alto, ojos azules y cabello se encontraba frente a una habitación de hospital en específico, su semblante era serio, asustaba. Más su mirada sádica y retorcida, no daban ganas de toparse con él. Sin ser visto, entró a su habitación, llevándose la gran sorpresa que estaba viva, sonrió como un desquiciado al verla.

- Es increíble, te pareces de manera asombrosa a ella - sonrió maquiavelicamente.

La chica dormía tranquilamente gracias a las drogas médicas antes suministradas en su cuerpo ni cuenta se daba que tenía un "visitante" nuevo en su habitación de hospital. Se acercó más a ella, tocó su mano suavemente.

- Hasta tienes la suavidad de Layla, me sorprende que sigas con vida luego de lo que te paso, querida mía.

Tan sumido en sus retorcidos y enfermos recuerdos, sólo sonreía como un loco. No preparándose que del otro lado estaba cierta persona que él consideraba traidor, la puerta se abrió sin darme tiempo de reaccionar se volteó para ver quien se había atrevido a interrumpir su momento tan íntimo con ella.