Cap 39

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- Vaya, está vez Erza casi te mata - rió Sting.
- Tu cállate teñido - le avento una almohada.

Así es, Erza lo había encontrado, pero a diferencia de con luce literalmente lo dejo les dio muerto, Jellal estaba curando al que fue su buen padrino de bodas mientras que sus amigos se reían de él, Rogue había subido a ver su prima y aún no bajaba.

- Mira el lado bueno Salamander.
- ¿Cuál es según tu? - preguntó.
- Vas a pensaría dos veces para lastimar a la coneja - río.

Todos en la sala rieron ante la respuesta de Gajeel, era cierto. Después de esto jamás volvería a decirle algo que lastimara a su novia, nunca jamás, a los minutos Rogue bajo con una mirada a asustada, su hermano y sus nuevos amigos lo vieron, Minerva y Yukino habían salido mucho más temprano que las chicas a comprar los regalos de Navidad de parte de ellas para todos.

En cuanto se acercó a su hermano empezó a decir cosas incoherentes, algo que causó gracia pero a la vez desesperada a todos.

- ¡Habla ya! - exclamo desesperado Gray.
- Nunca voy a hacer enojar a Erza - fue lo único que dijo.

Todos lo vieron sin entender ¿que le habrá pasado? Quien sabe, Rogue se fue a sentar en uno de los sofás individuales y no volvió a meditar palabra alguna.

- ¿Quien se atreve a subir? - preguntó Gajeel.
- Yo no - contestaron Gray y Natsu.
- No sean cobardes, iré yo - propuso Sting.

Con su pose de macho subió las escaleras directo a la habitaciones de las chicas, esperaron pacientemente en silencio, se escuchó el sonido de una puerta cerrarse y luego vieron a Sting bajando por las escaleras con la misma cara que su hermano.

- Jellal te toca - ordenó Natsu.
- ¿Porque yo? -
- Es tu esposa - recordó Gray.
- No tiene nada que ver, en todo caso... El que la hizo enojar fue Natsu no yo, que vaya él.
- El princeso tiene razón, Salamander. Tu hiciste enojar a Erza y llorar a la coneja, ve tu - lo empujó a las escaleras Gajeel.

Pov Lucy

Que dolor, no recuerdo mucho que pasó, sólo recuerdo haber estado en el starbucks con las chicas y... juro por Dios que esto no queda así Erza Scarlet efe Fernandes. Me di vuelta en la cama y choque con algo duro, más bien alguien, era Natsu... aunque me moría por abrazarlo todavía me tenía molesta y más que todo, me sentía triste.

Lo agente de mi cama y me paré camino al baño a lavarme la cara, una mano en mi muñeca me hizo voltear rápidamente y unos labios me hicieron callar ante cualquier protesta que pudiera decir.

Al principio quise separarme de él pero no me dejó, conforme pasaban los segundos el beso se hacía más intenso y termine correspondiendo, no podía resistirme a sus labios, encajaban a la perfección con los míos

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Al principio quise separarme de él pero no me dejó, conforme pasaban los segundos el beso se hacía más intenso y termine correspondiendo, no podía resistirme a sus labios, encajaban a la perfección con los míos. Se separó de mi por la falta de aire, me vió a los ojos y acarició mi mejilla, aparte mi cara de él y me di la vuelta dándole la espalda.

- Luce...
- No digas nada Dragneel - interrumpi.

Que le haya seguido el beso no quiere decir nada, no lo perdono tan fácil.

- Por favor... No sabes lo difícil que fue escabullirse para que Erza no me pillara y me golpeara otra vez - confesó.

Ahora que lo pienso, me voltee rápido y era verdad, estaba golpeado. Había olvidado Erza tenía fuerza de chico y que nunca había que hacerla enojar por nada del mundo, su labio inferior estaba algo hinchado al igual su ojo derecho, acaricie su labio despacio para evitar lastimarlo más de lo que ya estaba. Que blanda eres Lucy, que blanda eres.

- Ven - tomé su mano y lo senté en mi cama.

Me fui al baño a buscar un botiquín de primeros auxilios, saque algodón, alcohol y una pomada para disminuir la inflamación y el dolor. Comencé a citarlo despacio, a veces brindaba por el escozor pero no era mi culpa, intenté que no sintiera tanto dolor.

- No te muevas, en todo caso ¿Quién te curo tan mal? - pregunté.
- Jellal - respondió.

Seguí curando sus pequeñas heridas y por último con otro algodón limpio hunte un poco de pomada en sus heridas para aminorar el dolor y evitar una infección, cuando termine guardé las cosas en su lugar y las fui a poner en el baño, bote la casi de en el cesto de mi baño y regrese con Natsu a inspeccionar si había hecho un buen trabajo.

- Bueno, creo que con eso no sentirás tanto dolor - dije con su rostro entre mis manos.
- Sabes que desde aquí te ves tierna.

Me sonroje ante su comentario, aún así... no le voy a dejar fácil el perdonarle, todavía me duele, más los pensamientos negativos cavando en mi mente no me dejan en paz.

- Luce, de verdad lo siento - tomó mis manos pero yo las quite.

Vi como agachó su mirada y sus músculos se tensaron ante mi reacción

- Me dolió... acaso ¿No soy suficiente? - pregunté en voz baja, pero sé que me escuchó - Dime Natsu...
- Claro que eres suficiente Lucy, eres más de lo que pude pedir...
- Entonces... - interrumpi - ¿Porque me rechazaste? ¿Porque?

Agache mi cabeza con pena, me sentía patética, sólo me estaba humillando a mi misma, sin esperar su respuesta salí de mi habitación rumbo a mi lugar favorito en toda la casa, la biblioteca. Sólo venía aquí cuando quería pensar, todo estaba como siempre, un gran ventanal de frente, estantes de libros a los lados de las ventanas. Una mesa alargada y algo gruesa a un lado, escaleras que daban al segundo piso de la biblioteca y un pequeño escritorio con una foto de mamá en ella.

Había un candelabro en el techo y unos dos en las paredes con formas de corazón, también había un pequeño piano al frente de la mesa, osea al lado contrario de ella, mamá solía enseñarme a tocar el piano de pequeña, me había aprendido varias canciones; a mi corta edad mis padres decían que era muy lista e inteligente aunque siempre creo lo contrario, cuando murieron la abuela se encargó de mi educación, eso incluía aprender a tocar varios instrumentos, entre mis favoritos eran el piano, violín, guitarra acústica y eléctrica, batería y el banjo.

Me acerqué lentamente al piano, acaricie su contorno, estaba limpio, al parecer Virgo lo había limpiado después todo, aún recordaba la primera canción que había tocado en el, me senté en la silla frente a el y levanta la tapa que cubría sus teclas, las acaricie sin emitir ruido alguno, tal vez no sea mala idea despejarme un poco. Además que hace mucho no lo hago, no haría daño volver a hacer sólo una vez.

Accidentalmente Enamorados ; Natsu Dragneel [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora