Cap 32

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Han pasado apenas dos semanas desde la aparición de la rubia, seguía en rehabilitación y los mejores guardaespaldas cuidaban su habitación de hospital, sólo rebajan pasar a quienes les era permitido por Igneel y Lucy.

Aunque ella se sintiera un poco incómoda respecto a eso, acepto aún así ya que era por su seguridad, en ese lapso de tiempo, su abuela cayó enferma y no ha podido hablar mucho con ella. Su novio tampoco la ha dejado salir mucho del cuarto de hospital, pues tiene la leve inseguridad que ese hombre vuelva por ella ya que aún no han dado con su paradero. Diario sus amigos vienen a verla y a tratar de alegrarla, también a estado en sesiónn la psicóloga del hospital para tratar de superar sus traumas, hasta ahora ha podido liberarse y desahogarse con ella.

También ha podido hablar más con sus queridos primos, Sting y Rogue. El rubio se disculpó con ella por su actitud idiota al conocerla, ella comprendió al explicarle todo, el que nunca se separa de ella es Natsu, pasa día y noche con ella, duerme en la camilla de al lado y si escucha un pequeño ruido se despierta para asegurarse que ella este bien.

- Lu-chan ¿Aún no sabes cuando te darán de alta?
- Aún no, la doctora Polyuska dice que la herida de mi pierna sigue algo delicada y no puede darme de alta.
- ¿Tampoco ha dicho si saldrás este semana? - preguntó la pelo escarlata
- Para nada, Erza.
- Ya sabes que pronto es Navidad y queríamos pasarlo con usted Lucy-san.
- Lo se Juvia, pero... No puedo hasta que me lo ordene la doctora, que la verdad es algo ¿ruda?
- Jaja Lu-chan, sabemos como es ella.

La joven la volteó a ver sin comprender.

- Polyuska nos ha cuidado desde niños, más a Natsu, Gray y yo - explicó Erza.
- No tenía idea - contestó - ¿Cómo está todo en la Universidad?
- Descuida, el director Makarov sabe de tu situación y a justificado todos a tus clases con los profesores, al regresar te hagan un examen por cada clase - explicó Levy.
- Entiendo, me tocará estudiar demás.

Su plática se vio interrumpida por el sonido proveniente de la puerta, una familiar cabellera rosa se asomaba dando paso a su atractivo y paranoico novio.

- Siento interrumpir su plática de chicas pero, quiero a mi novia - se quejó.
- La tienes todos los días - respondió Juvia.
- Apenas y tenemos tiempo con ella - le siguió la otra peli azul.
- Además...
- Ya entendí - bufó - tienen 15 minutos más para hablar con ella, después de eso Lucy es toda mía - avisó y se fue.

Las chicas rieron, todas excepto la rubia quien estaba sonrojada y la máquina de al lado empezaba a marcar sus erráticos latidos llamando la atención de sus amigas.

- Veo que a Lucy-san le tomó por sorpresa la actitud de Natsu-san - río su amiga azulada.
- Quien diría que Natsu sentaría cabeza - bromeó su mejor amiga.

Siguieron bromeando con la rubia durante esos minutos restantes, la pobre heredera más roja no podía estar, sus migas se habían encargado de ello, ya con sólo 2 minutos que hacían falta, nuevamente el mayor de los Dragneel apareció en la habitación, la chicas tuvieron que irse gracias a las grandes insistencias de su amigo. Se despidieron de ella diciendo que vendrían al día siguiente a verla y se fueron dejándo solos a la pareja.

- No tenías que correrlas - río.
- Me roban tiempo contigo - se excusó.
- Natsu, tanto tu como ellas tienen derecho a estar conmigo.
- Me privan de ti, no me gusta - dijo cuál niño.

El corazón de Lucy se estremeció, verlo allí sentado frente a ella y quejarse porque no es tan juntos le parecía una escena cómica y linda, nunca un chico se había preocupado tanto por ella, ni siquiera su guardaespaldas, quien ahora era novio de la joven de pelo rosa Aries.

- No digas esas cosas - dijo ella.

Lucy le hizo un espacio en la camilla para que se acercará a ella, entendió su referencia y se acostó en la pequeña camilla con la cabeza de su novia en su pecho, acariciaba su melena rubia tan despacio y con tanto cuidado. Había estado más que preocupado por ella en esas semanas que no la encontraban, literalmente le gritó a unos agentes del FBI que eran unos inutiles y ni mencionar cuando Sting y él casi son arrestados por insultar a dos policías por no poner la orden de desaparecida.

Habían pasado tantas cosas en su ausencia, la albina se le había insinuado más d runa vez en la Universidad, incluso fue a su habitación en Fairy Hills a él no le hizo mucha gracia su actitud y cada vez que la veía le dejaba en claro que sólo quería a Lucy y a nadie más, era el único además de los primos de la chica que mantenían la esperanza de verla otra vez.

- Luce
- ¿Hmm?
- Cuando salgas de aquí, te irás con nosotros a la mansión.
- ¿Qué? Pero...
- No está a discutir - interrumpió.

Ella se separó de él viéndolo, se iría a vivir con ellos, con la familia Dragneel, sentía felicidad y a la vez vergüenza.

- No quiero ser un estorbo o una carga para ustedes, ya muchos problemas les he traído.
- Para sería de lo mejor tenerte allá, me encarna verte todos los días pasearte por la casa o verte leer un libro.
- ¿Estas seguro?
- Claro, además a Wendy le agradaría tener algo de compañía femenina - dijo - Y también... así podré vigilante mejor.

Se acercó a ella despacio con intenciones claras de besarla, el corazón de ella se paralizó, en su mente sólo apareció una cosa, Acnologia. Ese hombre que la había destruido desde afuera hacia adentro, aparecía cada vez que Natsu quería besarla o acariciar sus mejillas sin poder evitarlo, una lagrima traicionera rodó por su mejilla y un pequeño sollozo escapó de su boca.

El chico escucho y se separó de ella, su pecho dolía, había querido intentar besarla en tres ocasiones y todas terminaban igual.

- Lo siento, n-no quise...
- Descuida Lucy, discúlpame a mi. Iremos a tu ritmo, lo que pasaste no fue fácil, descuida. Estamos bien.

La abrazó contra su pecho y se volvieron a acostar en la camilla, beso su frente y la estrujo sin lastimarla dando a entender que la apoyaba y que jamás volvería a estar sola. Le dolía mucho esa situación, ya llevaba semanas de no probar sus labios o hacerle una linda y gentil caricia en su grácil y delicado rostro, pero no podía forzarla o presionarla.

Por los momentos sólo podía abrazarla y esperar, esperar a que se sintiera con menos miedo.

Accidentalmente Enamorados ; Natsu Dragneel [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora