Danica
Llegué a mi casa con el corazón y los pensamientos hechos un caos, así que sólo subí las escaleras evitando totalmente a Angela que venía todo el camino preguntándome que había pasado y cerré la puerta al llegar a mi cuarto. Me quité las zapatillas y me tiré en la cama. ¿Ahora qué haré? ¿Cómo le explico a Derek que no le conté nada del beso?
—Dani, por favor —Angela tocó la puerta y me paré de la cama para poder abrirle.
—¿Qué? —pregunté desganada y volví a la cama.
Cerró la puerta y se sentó frente a mí dando un gran suspiro.
—¿Por qué te fuiste así?
—Una tontería —me miré las uñas—. Me peleé con Derek por culpa de Evan.
—¿Qué pasó?
Quise contarle, pero sabía que sólo haría que su decepción hacia mí creciera. Es lo último que quiero. No puede enterarse del beso, ni de la salida. Por eso es sumamente importante para mí que Evan no vaya por ahí contándolo, a pesar de que ya sea tarde, porque Derek se enteró.
—Algo que pude evitar.
—Te dije que te alejaras de él —negó con la cabeza.
—¡Eso estoy haciendo! —alcé la voz—. Sólo que tengo que hacer el maldito trabajo con él.
—Arregla las cosas con Derek —la miré—. Y aléjate de Evan.
Se levantó de la cama al no recibir respuesta mía y salió del cuarto, dejándome sola.
Esta situación me recuerda al día en el qué Raúl, mi ex enamorado, me pidió que estuviera con él. Mis papás me prohibieron estar con él en una relación y yo terca, hice todo lo contrario.
Me arrepiento tanto.
Si tan sólo los hubiera escuchado, habría ahorrado un verano de sólo llorar en mi cuarto, sin amigos y sin la familia unida que siempre tuve, ni siquiera tendría que haberme cambiado de colegio. Arruiné todo con mis papás y Angela por una estúpida decisión.
Me acomodé en la cama tratando de calmarme y me fui quedando dormida poco a poco, pensando en qué decirle a Derek.
Desperté con el rayo de luz que entraba por mi ventana y di un salto del susto al ver el reloj en mi mesa de noche. ¡Me quedé dormida! Bajé corriendo y mis papás ya no estaban, Angela tampoco. Vi un pequeño papel en la mesa del comedor y me acerqué. "Descansa hoy, mañana vuelves al colegio. Besos, mamá", decía la nota.
Preparé el desayuno para luego sentarme a comer viendo televisión. No pude concentrarme en el programa que estaba dando. Mi mente no dejaba de pensar en que debería estar en el colegio. ¿Por qué mis papás no me despertaron?
Me levanté del sillón y dejé el plato en la mesa del comedor. Subí a mi cuarto y me senté a leer el libro de historia. La próxima semana hay examen y tengo que ser la mejor nota del salón, como sea y cueste lo que me cueste.
Mi mente volvió a distraerse.
Cerré el libro, pero luego lo volví a abrir. Me tiré sobre el escritorio y suspiré. Hoy me está costando concentrarme.
Sin darme cuenta ya eran las tres de la tarde, Angela llegaría en cualquier momento con mi papá. Bajé a la cocina, ya que mi mamá había llegado y la ayudé a guardar algunas cosas que había comprado para la cena.
—Hola mamá —sonrió al verme y la abracé.
—¿Cómo estás? —me sobó el cabello y siguió guardando las cosas en el cajón.
ESTÁS LEYENDO
Una vida contigo
Novela JuvenilEvan Radeguieri, un chico de 18 años tiene que luchar con los cambios de su último año escolar. Con un pasado complicado y un futuro desconocido, conoce a la chica de sus sueños y la vida parece tener un sentido distinto. Fan page en Instagram: http...