Michael
Terminé de lavar las cosas que ensucié para cocinar el almuerzo y llamé a Evan para almorzar. Le diría a él que cocine, pero sé que terminaríamos o en la clínica o con los bomberos aquí en el departamento. Salió del cuarto saltando y cogió su plato.
—Gracias hermano —cogió un tenedor y fue a sentarse.
Cogí mi plato también, cubiertos y me fui a sentar con él.
—¿Desde qué hora estás despierto?
—Desde las nueve por ahí, ¿por qué? —probé el primer bocado de mi comida.
—Acabo de despertar —rio—. Me dolía un poco la cabeza por lo que tomamos ayer... —pensó—. Hablando de ayer, quiero preguntarte algo.
—¿Qué?
—¿Por qué te comportaste tan extraño cuando Matías mencionó a Lucia y lo linda que era? —lo dijo con ese tono sarcástico combinado de "no me mientas porque te conozco".
—No actué extraño —reí.
—Hermano, no la hagamos larga —puso los pies sobre la silla de al lado—. Admite que te gusta Lucía.
—De nuevo con eso —dejé los cubiertos con molestia—. No me gusta Lucía.
—Está bien, como quieras —volvió a coger el tenedor para comer—. Sigue mintiéndote y mintiéndome.
—Bueno, hablemos de algo que sí importa —lo miré—. ¿Qué harás con la universidad?
—Acabo de graduarme, no me jodas.
—No voy a mantenerte toda la vida.
—Trabajaré entonces —rio—. Michael, ninguna universidad me va a aceptar.
—Entra a alguna academia de esas que te preparan para el examen de admisión —se rascó la cabeza, no le gusta la idea—. Yo te la pago.
—¿Y la universidad también? —rio negando con la cabeza—. Beca de mierda.
—También te pagaré la universidad hasta que ahorres lo suficiente con el trabajo que consigas y puedas pagarla tú.
—Me tomará toda la vida para devolverte el dinero, no vamos a hacer eso —habló con un tono bastante serio—. Olvídalo, Michael.
—Evan —hablé más serio—. Ve a matricularte a esa maldita academia.
—¿Y qué quieres que estudie? —alcé los hombros.
—Lo que quieras.
Se quedó en silencio y siguió comiendo. Sé que está molesto y que le incomoda hablar de este tema, pero no voy a dejar que se tire en la cama todo el año sin hacer nada. No me importa pagar las cosas, el dinero a mis papás les sobra. Sólo quiero que haga algo por su vida.
Lo más probable es que su plan sea trabajar hasta aburrirse y buscar otra cosa, para nunca estudiar. Lo conozco y busca la comodidad. Cómo ahora está feliz, cree que así se quedará hasta que se muera.
—Voy a salir —se levantó de la silla—. Averiguaré acerca de esa academia de la que me hablaste.
—Me alegro —sonreí y asintió con la cabeza.
—¿Puedo llevarme el carro? —negué con la cabeza sin mirarlo—. Debí imaginarlo —reímos y se acercó a la puerta—. Gracias por el almuerzo hermano —le saqué el dedo medio y cerró la puerta cuando salió del departamento.
Me levanté de la mesa al terminar de comer y recogí los platos y cubiertos para lavarlos.
Tocaron la puerta haciendo que salte del susto y fruncí el ceño. Me acerqué a la puerta y abrí.
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Una vida contigo
Novela JuvenilEvan Radeguieri, un chico de 18 años tiene que luchar con los cambios de su último año escolar. Con un pasado complicado y un futuro desconocido, conoce a la chica de sus sueños y la vida parece tener un sentido distinto. Fan page en Instagram: http...