ma douce prostituée

Capitulo 7

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POV. KARA

Es gracioso como los domingos suelen ser días monótonos, es deprimente.

En realidad, después de algún tiempo, constaté que el domingo era el día de la semana necesario para los trabajadores que necesitaban reponer sus energías en una larga semana exhaustiva. En mi caso no era así. Simplemente no hacía mucho. No tenía un tipo de trabajo manual, y todo en mi vida profesional se resumía a firmar toneladas de papeles.

Por eso, los domingos eran aburridos. Al cabo de una semana me encontraba bastante dispuesta y sin ganas de descansar. Mis domingos siempre comenzaban a las seis de la mañana, cuando el Sol todavía se estaba decidiendo si saldría o no.

Después del desayuno perezoso, lo que normalmente se resumía a cereal o un licuado de fresa. Salía a correr por las calles desiertas.

En cuanto regresaba a mi departamento, cerca de las nueve, no había mucho mas que hacer que ver la televisión y quedarme haciendo eso el resto del día. No tenía amigos. He esquivado casi todas las relaciones que puedo desde que sufrí una gran decepción.

Obviamente muchas personas me encuentran antisocial y desconfiada, lo que no dejaba de ser cierto. Aún así no eran inusuales casos de fiestas de lujo donde yo era invitada de honor, lo que me colocaba obligatoriamente en una posición en la que tenía que aparecer. Digo "obligatoriamente" porque casi siempre mis ganas de disfrutar en fiestas de ricos, era casi tan grande como para matarme, pero en muchas de ellas algunos asuntos importantes relacionados con negocios eran tratados y yo tenía que asistir.

Por supuesto que nunca, jamás iba sin la compañía de Sam.

Normalmente era ella quien tomaba todas y cualquier decisión sobre la empresa, dentro o fuera de ella.

Obviamente nadie lo sabía, ese era nuestro secreto. Si pudiera crear una religión, formaría mi propia donde Sam sería endiosada, convirtiéndose en el objeto de mis agradecimientos y adoración. Era lo mínimo que podía hacer por la mujer que había salvado mi cuello tantas y tantas veces, me conocía quizá mejor que mi propia madre.

-¿si?

-Buenos días, Sam. ¿Te desperté?

-¿Señorita Danvers?... No, buenos días.

-Prometo que voy a recompensarte por estar molestandote en domingo. Siéntete libre de colgarme, sé que soy aburrida.

-Puede decirme primero para que me llamó.

-Bueno, primero, estoy aburrida, lo que explica el hecho de haberte llamado a esta hora para preguntarte ¿si es realmente necesario que vaya a trabajar mañana?

Sam se quedo callada por un tiempo después respondió con toda la paciencia que mi inmadurez le exigía.

-Obviamente, señorita.

-mmm. Cierto. ¿También tengo que ir a la fiesta de mañana?

-Si, creo que si.

-¡Pero es sólo una fiesta! Con las mismas personas, las mismas bebidas... - Empecé.

-Si y usted sabe que el evento será importante para que consigamos cerrar el negocio con los Hilton.