ma douce prostituée

Capitulo 72

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POV. LENA

No sé si era posible, pero creo que Melissa tenía anhelo de Kara. No tenía como definir una cosa de esas, pero tenía la impresión de que andaba no sólo aburrida sino también malhumorada.

-¿Pero ella está bien? - Preguntó por quinta vez. Estábamos hablando por teléfono desde hace cuarenta minutos, de los cuales treinta y cinco se enfocaron en Melissa.

-Ya dije que sí. Sólo creo que esta cansada de mi cara. Hoy lloró cuando cambie su pañal...

-Pero nunca le gusta cuando la cambias.

-¡Sé que no! - Dije un poco irritada. - Pero nunca llora. Hoy fue la primera vez...

-¿Ha dormido bien?

-Sí... Sólo pasa poco tiempo para que vuelva a dormir después de que despierta...

Kara suspiró.

-Si es posible volver antes, vuelvo.

No sé por qué, pero la impresión que tenía era que Kara estaba dando a entender que no sabía cuidar de nuestra hija sin ella.

-No es necesario. - Respondí medio seria.

-Pero Melissa me necesita.

-Pero Melissa puede vivir siete días sin ti.

Kara no respondió, y conforme los segundos de silencio pasaban me daba cuenta de que había sido grosera. No sólo eso, sino también injusta, tanto con Kara como con Melissa. A ambas le gustaba la compañía una de la otra, y yo no tenía el derecho de decir nada para impedir que matarán las nostalgias.

-Está bien... - Se aclaró la garganta. - Debes estar cansada, mañana hablo. Dale un beso por mí.

-Lo siento...

-Está bien. Tengo que colgar. Un beso.

Y colgó.

Excelente. Perfecto. Kara probablemente pensó que era una madre posesiva que quería mantenerla alejada de nuestra hija para que pudiera quedarme con ella todo el tiempo. O, sino, que Melissa era la única persona aquí que la extrañaba. Tal vez pensara las dos cosas, y las dos cosas estaban muy lejos de la verdad.

Al día siguiente, al llamar otra vez, no parecía abatida. Hizo las mismas preguntas estándar y me contó un poco de lo que su equipo estaba haciendo allí, siempre en un tono bastante casual. Cuando traté de disculparme de nuevo por mi actitud infantil del día anterior, me impidió que le explicará, sólo dijo que estaba "bien."

Y fue así hasta el último día de su viaje.

-Llegó mañana a las nueve.

-¿Quieres que te vayamos a recoger al aeropuerto?

-¡De ninguna manera! Hace mucho frío afuera. No te preocupes, tan pronto como llegue a Londres voy corriendo a casa.

-Bueno... - Dije, sintiendo un rubor lentamente. - Te extraño...

Kara suspiró.