ma douce prostituée

Capitulo 21

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POV. LENA

Finalmente me callé, sintiendo mi corazón golpear dolorosamente en mi pecho y lágrimas se deslizaban violentamente por mis mejillas. No importaba su respuesta, cualquiera que fuera, lo único que quería era acabar con lo que tenía que hacer y poder respirar lejos de ella.

Esperé por su reacción, consiguiendo controlar un poco mi llanto y limpiando mis lágrimas. El silencio de la habitación podría haberme molestado y la falta de respuesta podría haber hecho que me sintiera aun peor, pero eso no sucedió. Al fin de cuentas, sabía que probablemente no sabría que responder, pero todo lo que podía hacer era esperar. Esperar hasta que me diera alguna señal de que aceptó mi petición y que podía empezar con lo que tenía que hacer.

De repente, sentí una mano en mi nuca jalandome con fuerza hacía arriba, haciendo que me levantará, y entonces estaba cara a cara con ella.

Su cara estaba a unos centímetros de la mía, tan cerca que nuestras respiraciones chocaban. Ella me miraba con una intensidad que jamás había visto antes, su mano en mi nuca ahora emigró a mi cintura apretandola, pero no me queje.

Tuve un momento para sentir el poder que su proximidad ejercía sobre mí, quedando prácticamente hipnotizada por sus ojos que insistían en mirar los míos. Su respiración estaba pesada contra mi cara, y cada vez que ella exhalaba, podía sentir el olor a menta de su aliento, despertando en mí el nerviosismo que había logrado evitar durante toda la noche.

Pero el momento fue breve.

Fui alcanzada por su acercamiento, sintiendo sus labios sobre los mios.

Estaba en shock.

Me quedé inmóvil, aún con mis ojos abiertos, tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. Ella parecía absorta en su intento, besandome mientras me acercaba más a ella. Quería moverme, pero ni la danza impaciente que su lengua hacia, fue suficiente para sacarme del estado catatónico en el que me encontraba.

Me empujó hacía atrás con el peso de su cuerpo y caí acostada de espaldas en el colchón suave con ella todavía agarrada a mí. Notando que no retribuía sus besos, ella alejó su boca mínimamente de la mía y abrió los ojos, mirándome ahora como implorando que retribuyera su beso.

Fue entonces que como un clic, sentía todo mi cuerpo quemar, sacándome del trance y finalmente trayendome de vuelta a la realidad.

Me arrojé hacía ella y la besé completamente con todas las ganas que había acumulado dentro de mí.

Sentí que me correspondió inmediatamente, volviéndose a agarrar de mí, mientras dejaba que su cuerpo descansará completamente sobre el mío.

Este beso era perfecto.

Absolutamente perfecto.

No importaba cuantas veces había soñado con este momento, nada de lo que había imaginado era mínimamente comparable con esto. Conforme me acostumbraba al ritmo de sus labios sobre los míos y al encaje que su lengua hacia en la mía, más entregada y rendida me sentía, como si mi vida dependiera de está conexión.

Era como si todo lo que pasé en estos meses hubiera sido olvidado, y entonces nada más era lo suficientemente importante porque ella, ella estaba aquí, conmigo.