...32...
POV. LENA
Aunque Kara y yo nos estuviéramos entendiendo poco a poco, la convivencia entre las dos aún no llegaba a ser tan simple como sucedía con la mayoría de las parejas. Y pensar en ella y en mí como una pareja, aunque me ponía radiante, también seguía dejándome nerviosa.
Tomé una ducha rápida, yendo contra mi voluntad de querer demorarme bajo el agua. Pero como mi tiempo era corto y lo último que quería mostrarle a Kara, era que no era puntual, me apresure.
Así que, en menos de veinte minutos ya estaba bañada, peinada y con un maquillaje tan discreto que podría pasar desapercibido, y con una vestimenta apropiada para la temperatura invernal en el exterior.
Me hubiese gustado arreglarme más, pero eso significaría hacerla esperar.
Eran las 20:34, cuando bajé, mi vestimenta era ropa nueva, consistía en un pantalón negro, botas negra de caña alta, una blusa larga, gris, y por encima un abrigo bastante cálido, y una bufanda roja.
Antes de bajar me di una rápida mirada en el espejo grande que esta dentro del closet de la habitación de Kara.
Me sorprendí conmigo misma. No estaba espectacular, pero me veía bonita.
Mi expresión parecía más viva, mis ojos no se veían tristes. Mis labios, sin lápiz labial, estaban aun más llenos de color, y entonces me pregunté si todo tenía que ver con mi nuevo espíritu.
Era obvio que si.
Salí al garage, buscándola, pero su lugar estaba vacío. Caminé rápidamente hacía el enorme vestíbulo del edificio, tanto para llegar rápido como para calentarme. Empecé a subir las escaleras, sentí un viento helado soplar de repente, pero antes de que pudiera llegar adentro del edificio, alcance a ver un Porsche Cayenne plata apagado y parado un poco a mi derecha.
Cuando me giré completamente para mirar bien, los faros parpadearon para mí, haciéndome saber que era el auto correcto.
Mi pulso, para variar, empezó a acelerarse. Antes, no estaba acostumbrada a sentir eso cada vez que me veía a punto de acercarme a alguien, pero últimamente sentirme como una adolescente se estaba convirtiendo en un hábito.
No podía evitarlo, era involuntario. Siempre que me daba cuenta de que Kara estaba a menos de diez metros de mí, mi corazón insistía en querer salirse de mi pecho.
Me acerque al auto y entre, me quedé mirando el panel luminoso del auto, como una imbécil. Sabía que ella me miraba sin intentar disimular, lo que hacia que mi cara se pudiera más y más caliente con cada segundo transcurrido.
-Estas roja. - Su voz salió en un tono divertido.
-¿Lo estoy? - Me hice la tonta, aún sin quitar los ojos del panel.
-¿Estas avergonzada?
Kara estaba a punto de carcajearse en mi cara, podía sentirlo sin necesidad de mirarla. Me convencí de que, si ella lo hiciera, tendría toda la razón, yo era patética. No mirarla sólo porque nuestra noche estaba siendo un poco "diferente" era tan lamentable que hasta me hacia sentir vergüenza.
Y lo peor de todo es que yo estaba casi segura de que ella sabía que ese era el motivo.
-¿Ya te dije que te vez linda sonrojada? - Ella habló todavía divirtiéndose con mi falta de respuesta, entonces encendió el auto y lo puso en marcha.
ESTÁS LEYENDO
ma douce prostituée
Historical FictionMi Dulce Prostituta (Adaptación Supercorp) Kara es una mujer muy hermosa rubia de ojos azules posee algo en especial que la hace diferente a las demás. Debido a un problema en su gestación, ella nació con un órgano sexual masculino. Lena es una he...