Capitulo 52

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POV. LENA

Mi tercer mes de embarazo estaba empezando, y en lo que a mí respecta únicamente por mi vientre -que por fin comenzaba a mostrar signos de crecimiento- Kara se preocupaba por absolutamente todo: la empresa, la mudanza y el embarazo.

Su preocupación era exagerada, como me imaginaba que sería. Pero fue sólo hoy que me di cuenta que su comportamiento super protector me daría más dolor de cabeza de lo que imaginaba.

-¿Qué estás haciendo? - Ella dijo, entrando al baño sin pensar que tal vez pudiera estar invadiendo mi privacidad.

-¿Cepillarme los dientes? - Respondí, mostrándole mi cepillo de dientes.

-¿Por qué despertaste tan temprano?

-Me desperté a la hora habitual...

-Exactamente. Creo que deberías empezar a despertar más tarde.

La miré, genuinamente confusa.

-Mi horario en el trabajo no ha cambiado...

-¿Qué? ¡No puedes ir a trabajar! - Kara dijo un poco desesperada, como si acabará de anunciar que iba a practicar bungee jumping.

-¿Y por qué no?

Pero era claro que ya sabía la respuesta. Era la respuesta estándar, motivo de todo a partir del momento en que Kara supo de mi embarazo.

-¡Porque estás embarazada!

-¿Y...?

-¡Y no puedes ir a trabajar embarazada!

-¿Recuerdas que ya he trabajado embarazada durante dos meses, no?

-¡Porque no lo sabíamos! Ahora que sabemos, tenemos que hacer lo correcto. ¡Tú y el bebé pueden correr riesgos!

-¿Explícame como puedo correr algún riesgo acomodando libros en orden alfabético?

-¡Hay escaleras!

Bueno, era obvio que estaba en lo correcto en cuanto a ese punto. Pero yo no era idiota.

-Por supuesto que no voy a subir las escaleras. Voy a hacer el trabajo más ligero.

-¡Tú no vas! - Ella dijo, ya tomada por la desesperación.

-¡Si voy! ¡Deja de mandarme!

-¡No te estoy mandando! ¡Lo estoy pidiendo!

Su tono de voz era elevado, lo que sería muy divertido sino fuera un poco aterrador.

-Kara, por favor. Es sólo en los últimos meses del embarazo que el trabajo debe ser interrumpido. Quiero que sepas que jamás pondría en riesgo a nuestro bebé.

Ella se quedó en silencio, un poco jadeante, mirando de una manera maníaca mi vientre.

Llegué tarde al trabajo, por diversos motivos. Primero, Kara insistió para que trajera dos abrigos, alegando que el clima todavía estaba muy frío. Segundo, porque me hizo tomar un desayuno doble, diciendo que mis energías debían estar elevadas para mi día de trabajo. Tercero, porque me insistió en prometer, por todas las almas sagradas del universo, que tendría cuidado.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora