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POV. LENA
Mi día fue mejor de lo que pensaba. La compañía de Martha hizo que me sintiera animada como hace tiempo no me sentía. Mientras ella arreglaba y limpiaba el departamento -que he de confesar, no veía necesidad, ya que todo parecía estar en su lugar- hablábamos sobre todo tipo de banalidades. A medida que mi tiempo era no estar ocupada con absolutamente nada más que charlar con mi más reciente amiga, decidí ayudarla con la limpieza, incluso bajo una lluvia de quejas tipo "¡No es necesario señorita!"
El almuerzo fue preparado por ella. No por voluntad mía, sino porque Martha casi me amenazó de muerte cuando intenté acercarme a la estufa. Sin embargo, me quedé contenta con el aire leve y despreocupado que nuestra amistad tomaba en tan poco tiempo.
Me tranquilicé cuando mi oferta para que yo cambiará las sábanas fue aceptada. No es que hubiera algo allí, pero alguna parte irracional en mí, me hacia sentir incómoda en dejarla estar tan cerca de las evidencias invisibles de las noches sin pudor entre Kara y yo.
Por supuesto que ella sabía lo que ocurría allí, pero aún así, no necesita ser explícito.
Gracias a ella, pude conocer el resto del departamento, aún inexplorado por mí hasta hoy.
Descubrí un espacio acogedor que quedaba justo después de mi habitación, con sofás cómodos de cuero negro y una enorme televisión, equipada con un sistema de sonido envidiable. Más al fondo, un poco escondida, se encontraba una discreta biblioteca, de apariencia más clásica que el resto del departamento, todo acabado en madera con cortinas claras y una chimenea central imponente. En el caso de que lo ocupará como un tipo de bodega, aunque lo dudaba, se encontraban botellas de whisky de diferentes años.
Para mi total sorpresa, encontré un área al fondo del departamento que daba a una hermosa piscina de tamaño medio, y cerca de ella había un espacio con una ducha, también tenía una pequeña sauna.
-La señorita Danvers nunca viene aquí.
Me pregunté el motivo, ya que el lugar parecía extremadamente relajante. Como respuesta, Martha dejó clara su disposición al limpiar aquella parte que tenía esperanzas que ahora sería debidamente aprovechada.
Mi cabeza fue invadida otra vez por diferentes combinaciones de pensamientos extremadamente inapropiados de nosotras dos allí, y entonces me cuestione cuando fue que había comenzado a desarrollar la manía de pensar en sexo a cada inocente mención de Kara y yo a solas.
Martha terminó su trabajo cerca de las siete, y me desanime con la idea de verla irse, dejándome sola. Estaba empezando a extrañar hablar con alguien sin preocupaciones, como ahora podía notar. Kara no contaba, porque no hablábamos, todo lo que hacíamos era escoger media docena de palabras para mantener lo mínimamente necesario de comunicación. Además su presencia de Martha aquí hacia que no tuviera tiempo de pensar en cosas malas que últimamente pasaban. Ella ocupaba mi cabeza con asuntos simples y distractivos.
-¿No va a esperar a que Kara llegue para que le pagué? - pregunté, esperanzada con la posibilidad de hacer que se quedara un poco más.
-Ella lo deposita en mi cuenta.
-Ah.
Abrí la puerta para ella, sintiendo mi desánimo comenzar a dar señales en mi vida otra vez.
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ma douce prostituée
Historical FictionMi Dulce Prostituta (Adaptación Supercorp) Kara es una mujer muy hermosa rubia de ojos azules posee algo en especial que la hace diferente a las demás. Debido a un problema en su gestación, ella nació con un órgano sexual masculino. Lena es una he...