Capitulo 10

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...10...

POV. KARA

Al día siguiente, llegué a The Hills alrededor de las nueva de la noche, cuando una música agradable y sensual tocaba no muy alto, proporcionando el ambiente cálido que buscaba siempre que iba allí. Pasé por algunas parejas que aprovechaban la noche, sin el menor pudor, mientras se atragantaban en los rincones, finalmente llegué al bar y pedí mi habitual whisky.

Miré alrededor buscando un rostro conocido, y después de algún tiempo, cuando no pude encontrarlo, me relaje un poco. Lena no debería estar en ese ambiente, porque si lo estuviese, los clientes presentes creerían que esta libre. Y ella no lo estaba, porque lo arregle. Muy bien proporcionado.

-Hola, querida.

Me giré y me encontré a Cat, con una sonrisa un poco forzada.

-Hola.

-Lena está en su habitación, si la estás buscando.

-Imaginé que estaba allí. - Respondí, dando un último trago a mi bebida y agradeciendo a la chica del bar que vinó a retirar el vaso.

-Kara. - Cat agarró levemente mi brazo, mirándome con más significado de lo normal. La sonrisa forzada ya no estaba más en su cara. - ¿Puedo darte un consejo?

-¿Si? - Hablé, un poco sorprendida por la intensidad de su actitud.

-Ten cuidado.

La miré por un tiempo, sin entender muy bien lo que significaba. Como si ella pudiera leer mis pensamientos, completó:

-No la hagas muy especial.

Todavía no entendía muy bien el motivo de eso, pero aún así sentía la necesidad de defenderme.

-No la estoy haciendo especial.

-No seas tonta. Es obvio que sí.

-Ella es una buena amiga.

Cat me observó, sin decir nada. Después de unos segundos, volviendo de lo que parecía un análisis interno sobre mí, ella volvió a hablar, alejándose enseguida.

-Es un consejo, querida.

Me quedé inmóvil, viéndola caminar lejos de mí, mientras volvía a sonreír para algunos clientes que coqueteaban con ella.

Me quedé pensando en que ocasión mantener una amistad con una de las chicas de The Hills perjudicaría a alguien. No sería mi caso, ya que realmente me gustaba su compañía. No sería el caso de Lena, porque, hasta donde yo sabía, a ella también le gustaba mi compañía. Si yo fuera a tomar sus propias palabras como indicación de ello, también no sería el caso de Cat, porque nada de lo que pasaba entre Lena y yo, obstaculizaba sus negocios.

Caminé hacía las escaleras que daba al pasillo de las habitaciones de las chicas mientras intentaba entender el consejo que Cat acababa de darme. No

se cuanto le afectaba a ella, pero esperaba que no le afectará lo suficiente para que ella se sintiera con el derecho de interferir en la relación que Lena y yo teníamos ahora. Si ella intentaba hacerlo, tendríamos problemas.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora