Capitulo 73

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POV. LENA

Melissa sonrió por primera vez el mismo día que cumplió dos meses y, por supuesto, a causa de Kara. Ella estaba decidida a hacerla entender sus argumentos sobre música, lo que aparentemente la divertía.

-Entonces, ¿estás de acuerdo? - Kara habló animadamente, y Melissa sonrió otra vez. Estábamos en casa de Eliza y Jeremiah, y los dos parecían completamente admirados con la escena. Melissa pasaba la mayor parte del tiempo mirando a Kara con atención absoluta, reparando en las muecas que hacía y en cómo movía las manos.

Con unas semanas más, Melissa no sólo sonreía sino también intentaba imitar las expresiones faciales de su mamá. Kara se divertía mucho con aquello, y la desafiaba a conseguir hacer las caras más bobas que conseguía. La escena era adorable, pero a menudo tenía que recordarle que tenía que despertar temprano al día siguiente y que, por eso, lo mejor que hacer después de pasar más de tres horas "conversando" con Melissa era dormir.

A los tres meses, Melissa sonreía tanto que no entendía cómo los músculos de su cara no quedaban cansados. Melissa sonreía para cualquiera que decidiera hablar con ella, fuera Kara, sus abuelos, el pediatra, alguien de la calle o yo. Era como si simplemente adorara a todo el mundo.

Además de sonreír a la gente, a Melissa le gustaba hablar con ellos. Bastaba que alguien dijera algo para que ella iniciará un debate. Si la persona continuaba sus argumentos, Melissa se disponía a balbucear y hacer sonidos en respuesta hasta que se cansaba. A veces, la palabra no necesitaba ser dirigida a ella para que esto ocurriera.

-Nuestra hija es comunicativa, ¿verdad? - Kara se rió, observando a Melissa responder al reportero en el canal de noticias de la televisión.

A esta edad sus ojos comenzaron a cambiar. Hasta donde podíamos ver, sus iris parecían tender hacia el verde, lo que hizo que Kara comenzará a cantar victoria, y yo, a decepcionarme un poco.

-Pero Melissa tiene toda tu cara. - Argumenté.

-Pero tiene tus ojos. - Kara replicó. - Y van a ser los ojos más lindos del mundo.

Pero como los días pasaban, algo empezó a cambiar. Simplemente no parecía ser como creímos.

-Amor. - Me llamó cuando salí del baño. - Ven.

Estábamos en sábado. Eran las nueve de la mañana, y el día estaba excepcionalmente claro y cálido.

Caminé hasta la cama y miré a Melissa que se divertía sola en el colchón con Kara sentada cerca de ella. Parecía estar conversando y riéndose consigo misma.

-¿Qué pasa?

-Mírala bien.

La miré y Melissa me miró de vuelta, sonriendo y emitiendo sonidos de alegría.

-Hmm... - Solté.

-¿Era para ser así?

-No...

-¿Es la claridad?

-Creo que no.

Nos quedamos en silencio durante un momento mientras Melissa nos ignoraba, jugando con sus propios deditos como si fueran mágicos.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora