Capitulo 59

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POV. LENA

Era extraño como mi cuerpo no sentía la falta de descanso. No había dormido bien, ya que la noche había pasado llena de pensamientos sobre mi compromiso y lo irreal que parecía ser. Por eso, era de esperar que me despertará tarde, como mínimo, después de Kara. Pero aquí estaba, con los ojos abiertos a las 6:15 de la mañana, mirando el movimiento de su pecho al exhalar e inhalar, y su expresión tranquila e hipnotizante.

La alfombra debajo de las dos era tan suave y cómoda que podría pasar horas en la misma posición. Sin embargo, tenía un plan, y era necesario ponerlo en práctica. Por eso, me levanté y busqué la cajita negra y mi antigua alianza. Los encontré tirados en una esquina de la alfombra y los tomé, caminando despacio, tratando de no despertar a Kara. Subí y me duché, después me puse ropa casual y volví al piso de abajo. Me quité el anillo de compromiso y lo puse nuevamente en la cajita, dejándola en el bolso de donde Kara la sacó anoche, para después ponerme nuevamente mi antigua alianza en mi dedo anular. Fui a la cocina y me preparé algo para desayunar. Después esperé, satisfecha con mi plan e imaginando como saldría.

Cuando oí pasos subiendo las escaleras, comencé a prepararme. Tal vez fuera difícil para ella pedírmelo estando sobria, pero Kara tenía que entenderme. Necesitaba escuchar que me lo pidiera estando totalmente consciente.

Tiempo después, cuando escuché sus pasos bajando las escaleras, esperé un minuto y fui hacia ella.

La encontré en la sala, intentando doblar la cobija que habíamos usado, sus ojos estaban un poco cerrados, tal vez por la resaca que sentía, su nariz estaba roja y un poco hinchada. Cuando Kara me miró, sonrió tiernamente, y tuve que esforzarme para no retribuir la sonrisa y abrazarla como un Koala. Al segundo siguiente, su mirada se dirigió a mi mano izquierda, y viendo que allí seguía la antigua alianza, su sonrisa desapareció completamente, dando lugar a un aire de confusión.

Este era el momento de no dejarme llevar por la carita de perrito abandonado que Kara sabía hacer tan bien. Era el momento de dar seguimiento a mi plan.

-Buen día. - Comencé, empleando un tono de naturalidad en mi voz. - ¿Cómo está tu nariz?

Kara continuó mirándome con una expresión de completa confusión. Se quedó por un tiempo en la misma posición, y al constatar que no llegaría a ninguna conclusión, fuera cual fuera su pensamiento, ella se agarró el cabello con una mano y cerró sus ojos con fuerza.

-¿Qué pasó ayer? - Kara preguntó

-Nosotras tuvimos sexo en esa alfombra. - Apunté el lugar donde ella estaba pisando.

-Antes de eso...

-Antes de eso te rompiste la nariz en alguna parte de la cocina y casi me matas del susto.

-Lo siento, no quería preocuparte... Pero mi nariz esta bien... - Kara dijo, mirándome aún confundida. - Pero... Después de eso...

-Después de eso... Tuvimos sexo en esa alfombra.

Kara se quedó en silencio una vez más, claramente tratando de recordar el orden de los hechos. A medida que los segundos pasaban, su expresión se notaba más triste, entonces tuve la certeza de que ella estaba pensando exactamente lo que yo quería que pensara: Que la propuesta de matrimonio sólo había sido un sueño. Y siendo sólo un sueño, Kara no tenía la respuesta. Y no teniendo mi respuesta, ella tendría que proponermelo otra vez. Ahora estando sobria.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora