Capitulo 37

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maratón 2/? 

...37...

POV. LENA

Luz.

Estaba mucho más claro de lo que podía esperar de la medianoche. Era posible notarlo aún con mis ojos cerrados. Los abrí perezosamente, sólo para constatar, para mi total sorpresa que ya había amanecido, aunque mi percepción juzgaba que no había pasado ni una hora desde el momento en que me dormí.

Parpadee algunas veces. Una luz tímida penetraba el cuarto por la ranura de la cortina abierta, directamente hacía mi ojo izquierdo. Me giré de lado de forma brusca, sin saber donde estaba o que hora era.

A mi lado dormía una mujer boca abajo, con la cara hacía el lado opuesto al mío, aparentemente desnuda hasta donde la sábana la cubría.

Era un cuerpo hermoso, en forma, pero algo me incomodo allí. Algo que no había notado al principio.

No conocía esa espalda. Era diferente de la espalda que esperaba encontrar esta mañana. El cabello tampoco era el mismo. Era ondulado, pero castaño.

La razón me tomó poco a poco, y fue junto con ella que la mujer empezó a moverse. Cuando finalmente se volvió hacía mí, me levanté de inmediato, casi cayendo de la cama. Entonces me di cuenta de que yo también estaba desnuda.

-¿Qué mierda...

Mi corazón golpeaba frenético. No estaba entendiendo nada, miré alrededor tratando de ubicarme.

Esta habitación tampoco era en la que esperaba despertar, simplemente porque no era la misma habitación en la que me había dormido. No era la habitación de la casa de los Danver's.

Pero yo conocía este lugar.

Era un lugar con paredes sucias. Necesitaba una pintada. A mi lado, estaba una televisión inservible, algunas ropas encima de ella. El "cuarto" en cuestión dividía el espacio con una cocina a través de una encimera. Sólo había una lámpara que colgaba del techo. Mis maletas estaban esparcidas por el suelo, junto a la pared derecha, y como un chasquido dentro de mí, recordé.

El apartamento.

El apartamento donde vivía. No era el departamento de Kara, ni la casa de sus padres. Tampoco era The Hills. Era el lugar al cual había ido después de salir de ahí.

Desesperación.

Limpie mis lágrimas, tratando de ver mejor. Todo parecía muy borroso. La mujer se había despertado pero todavía estaba boca abajo en el sofá-cama, mirándome como quien mira a cualquier animal de circo.

-No, no, no, no...

Hablé en voz alta. Una vez, dos veces, repetidas veces, mientras negaba con la cabeza.

-No, no... Esto no es...

Me faltaba el aire. Un dolor angustiante oprimió en mi pecho como si quisiera aplastarlo.

-¡NO! ¡NO FUE UN SUEÑO, MALDICIÓN!

Más falta de aire. Mi cuerpo empezó a temblar violentamente, de forma ridícula, y yo sólo intentaba mantenerme de pie.

Agarré mi celular y busqué allí su número, tratando de luchar contra el temblor y apretar las teclas correctas.

No estaba allí.

-Por favor, no...

Lloré de desesperación. Mirando a todos lados, sin saber que hacer.

Esto no podía estar sucediendo.

-Una puta escandalosa. Como anillo al dedo, Vero.

La mujer habló consigo misma, y sentí un golpe en el estómago. Me recargué en la pared, tratando de respirar. Mi garganta parecía estar cerrada. Al lado del sofá, había dos botellas de alcohól y billetes tirados.

No sabía si gritar o implorar. La lucha contra el pánico que ya me dominaba estaba llegando a su fin.

Miré mi mano izquierda.

No había ningún anillo allí.

Como un brote de locura, me pellizque, golpeé y rasguñe cada parte de piel a mi alcancé, desesperada por probarme que aquello era sólo una pesadilla.

¡Dios mío, sólo podía ser una pesadilla!

-¿Vas a quedarte quieta o quieres que te amordacé?

La mujer me miraba de forma divertida, mostrándome y enrollando con las manos un pedazo de tela.

Me callé, dejándome resbalar por la pared y callendo al suelo. Sin fuerzas, sin vida.

Sin nada.

---------

Tuve que aceptar mi realidad. Todo lo que creí haber vivido con Kara hasta ahora ha sido sólo un sueño, un maldito sueño.

No conocí a su familia, ella no se me declaró, no tenía un anillo en mi dedo. No fui a su departamento... Siempre me quedé aquí en este apartamento desde que salí de The Hills.

Entré en una depresión tan profunda que cuando Kara me abandonó, acabé entrando en una realidad paralela, viviendo un hermoso sueño de amor con ella, que en realidad no existía.

Ayer por la noche que salí para intentar conseguir dinero... No era Kara en aquel auto, fue todo una ilusión.

En realidad la persona era esa tal Vero. Recuerdo como me poseyó varias veces, parecía no cansarse nunca. No podía sentir placer alguno, ella fue demasiado brusca. Pero ¿qué podía hacer? Me pagó por eso.

Pero ahora, me desperté viendo la realidad de todo, y tengo que conformarme a ser lo que siempre he sido: Una prostituta.

*-*-*-*

Esta historia escruel lo sé!

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora