Capitulo 71

7K 421 96
                                    

71...

POV. LENA

Melissa ahora me hacía sentir más la falta de mis padres, y yo sabía el motivo. Alguna parte de mí quería tenerlos cerca para mostrarles la increíble obra de arte que había traído al mundo, y verlos felices con una nenita linda entre sus brazos. Quería también mostrarles el tamaño de mi felicidad, y como, en realidad, todo mejoró después de que Kara apareció en mi vida.

Quería que ellos hubieran conocido a Kara.

Me gustaría que ellos estuvieran aquí.

Es bueno tener a Eliza y a Jeremiah siempre cerca. Era en momentos donde mi tristeza huérfana aumentaba que ellos me hacían sentir como en casa, dentro de una familia, sin nunca encontrar que aquello era sólo gentileza. Yo realmente pertenecía a esa familia, y eso era algo maravilloso. Más maravilloso aún era saber que mi hija, la personita que más amaba en el mundo, formaba parte de ella.

Aunque el corte de mi operación todavía dolía, todo lo que yo podía mirar era su presencia. Tal vez podría incluso importarme el hecho de que el parto no haya sido de la forma que yo hubiera querido, pero después de que el Dr. Lewis explicó exactamente lo que había sucedido y toda la dificultad del proceso (porque todo había pasado tan rápido que no tenía idea de nada) todo lo que hice fue agradecer por simplemente tener a mi hija conmigo. Viva, saludable y hambrienta.

Eliza y Jeremiah parecían radiantes con la presencia de la bebé en los horarios de visita, y todo lo que Kara hacía era mirarla con total adoración. Melissa era increíblemente tranquila, excepto cuando tenía hambre. Por eso era común verla entrando en la habitación en los brazos de una enfermera llorando fuertemente y verla quedarse repentinamente calmada cuando alcanzaba mi pecho. Dolía un poco. Era violenta y nada sutil. Pero realmente eso no me importaba.

El sueño parecía tomarla después de cada furiosa comida, pero ella no se daba por vencida antes de pasar algún tiempo analizando llena de curiosidad los rostros sonrientes que estaban cerca de ella. El rostro de Kara era siempre el que parecía llamar más su atención, y era siempre en su regazo donde Melissa terminaba durmiendose, exhausta de observar como Kara se derretia por ella.

Kara, por su parte, no ocultaba su nueva obsesión, y aunque pasaba todo el tiempo permitido a mi lado, mimándome de la forma que sabía hacer muy bien, era sólo cuestión de que Melissa entrará en escena para que yo fuera inmediatamente olvidada y sustituida. Pero no me molestaba. En verdad, sinceramente, creía que era adorable.

-Mientras que ella sea la única mujer que prefieras antes que a mí, todo bien. - Hablé repentinamente mientras Kara arrullaba a nuestra hija.

Ella sonrió, desviando su mirada de su hija sólo por un segundo para mirarme con una expresión que decía "no seas tonta."

-No estoy reclamando. - Concluí.

-Claro que no lo estas. - Kara murmuró, volviendo a mirar a Melissa. - Sabes que las amo a las dos de maneras diferentes.

-Está bien. - Acaricié la almohada detrás de mí y me acosté despacio. - Pero cuando la cuarentena acabe voy a exigir que me demuestres eso.

Levanté una ceja tratando de parecer seductora, pero creo que parecí ridícula. Ella me miró otra vez, con la misma expresión tranquila de antes. Eso era bueno: Al menos Kara no se rió de mi cara.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora