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POV. LENA
Me desperté y ya no podía dormir, estaba ansiosa por el inminente viaje sorpresa que no sólo me haría viajar en avión por primera vez, sino que también conocería a la familia de Kara, si eso era lo que más me preocupaba.
Deben ser geniales.
Lo repetía como un mantra dentro de mi cabeza, mientras veía a Kara dormir. Ella estaba sumida en un sueño profundo, de repente decía cosas incomprensibles, y hacía muecas de tristeza o desagrado, y me apretaba con tanta fuerza que llegaba a dudar si estaba durmiendo.
¿Estaría teniendo alguna pesadilla conmigo?
Recordé todos los sueños que había tenido con ella. Afortunadamente, el insomnio trabajó en eso, dejándome alerta casi toda la noche e impidiendo que mis miedos vinieran a atormentantarme en pesadillas, otra vez.
Vi el reloj y marcaba las cinco de la mañana, así que me por fin conseguí relajarme en los brazos de Kara.
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Me desperté a las diez de la mañana, sintiendo un poco de frío. Estaba sola y con dolor de cabeza, así que intenté dormir un poco más, tarea que se mostró imposible, ya que mi ansiedad no me dejaba relajarme.
Así que mejor me levanté y tomé una ducha caliente y duradera, mientras planeaba el resto de mi día, al menos hasta que Kara regrese del trabajo.
Me puse un pantalón cómodo y una sudadera igual gris, fui a la cocina, y tomé una manzana de ahí y fui hacía mi habitación, con la intención de empezar a separar algunas ropas para nuestro viaje de Navidad. Encontré tres maletas grandes en fila cerca de la puerta, así que me pregunté si Kara en verdad creía que me llevaría tanto. Ignorando las restantes, agarré sólo una maleta.
Elegí la ropa nueva, por una serie de motivos. En primer lugar, eran más bonitas. En segundo lugar, no había riesgos en hacer que ella o yo recordáramos cosas desagradables. Tercero, eran mucho más elegantes que mis antiguas ropas, y probablemente sería más apropiado vestirse de esa manera cerca de la familia de Kara. Sin embargo, no dejé de colocar algunas sudaderas y pantalones cómodos, ya que no tenía idea de si las noches en Londres eran muy frías.
¿Sería bueno hacer las maletas de Kara también?, porque no sabía a que hora volvería, desistí de la idea inmediatamente, porque además de que posiblemente le incómodara que yo moviera sus cosas, no tenía idea de que tipo de ropa quería llevar.
Así que mejor me concentré en lo mío, tomé mi regalo, y lo guarde con miedo de que si lo dejaba para después, lo olvidaría. Coloqué en mi maleta algunos zapatos, calcetines, ropa interior y ropa para invierno como guantes, bufandas y gorros. Recordé que tenía dos perfumes, pero ambos demasiado fuertes. Uno, incluso era el mismo perfume que había usado en la noche que nos reencontramos, entonces imaginé que Kara, probablemente lo odiaba. Así que lo descarte y por último metí mi crema para hematomas que sabía que no le desagradaba y cerré la cremallera de la maleta.
Por lo visto me tomó más de lo que imaginaba, empacar. Miré el reloj, que marcaba doce y media, así que pensé que cocinar para el almuerzo. Como estaba sola, cualquier cosa congelada sería buena, tomé un plato con lasaña y lo metí al microondas, unos minutos después, comí, tratando de no pensar en nada relacionado con el viaje y en todo lo que podría ir mal.
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ma douce prostituée
Historical FictionMi Dulce Prostituta (Adaptación Supercorp) Kara es una mujer muy hermosa rubia de ojos azules posee algo en especial que la hace diferente a las demás. Debido a un problema en su gestación, ella nació con un órgano sexual masculino. Lena es una he...