Capitulo 54

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...54...

POV. LENA

(cuarto mes)

En este momento, estaba completamente transformada, y cambiaba continuamente día tras día. No sólo lo decía por mi apariencia, aunque mi vientre había decidido crecer de repente, era también en mi humor que el embarazo se manifestaba.

Si al principio los cambios bruscos de comportamiento dejaban tanto a Kara como a mí un poco confusas, ahora parecían tomarnos por sorpresa. Llegué a tener miedo de estar desarrollando algún tipo de bipolaridad, ya que a veces era cuestión de segundos para que mi humor cambiará radicalmente, de lágrimas a gritos. Pero el Dr. Maxwell nos aseguró que aquello era normal. Al parecer, Kara empezó a tener un poco de miedo de mí. Por supuesto que gran parte de las veces, cuando peleábamos (siempre por motivos idiotas, porque mi humor decidía entrar en crisis) ella no respondía lo que respondía normalmente sólo porque tenía miedo de que, insistiendo en la discusión, mi nerviosismo alcanzará niveles peligrosos para el embarazo. Pero en algunos momentos realmente la notaba un poco tensa, siendo exclusivamente gentil y mansa. Y aunque eso sólo me irritaba más, ella parecía decidida a tomar el papel del tipo de novia "todo lo que tu desees amor."

La amenazaba de muerte algunas veces, y tal vez porque yo parecía sincera, en determinados momentos ella pasó a sofocarme menos. Me sentí victoriosa sólo hasta que el pequeño alejamiento trajo una sensación completamente absurda de abandono. Después de mucho drama, las dos conseguimos balancear mis cambios de humor, y entonces ella sabía cuando era el momento de alejarse y cuando era el momento de estar a mi lado.

-¿Amor? - Kara habló tan pronto como oí la puerta principal ser cerrada.

-¡Habitación! - Grité, mirándome en el espejo enorme del closet, sólo estaba en bragas y sujetador.

Kara entró ya con su vestido en la mano, y quitándose sus zapatos de tacón, ella parecía estar cansada. No me moví, aún mirando el espejo.

-¿Estas bien, mi amor? - Preguntó. Asentí, luchando contra el puchero pre-llanto que comenzaba a formarse en mi rostro.

Kara obviamente percibió que no estaba todo bien, y por eso se acercó, besando mi cuello levemente mientras tiraba su vestido en algún rincón, y me abrazaba por detrás enseguida.

-¿Estas segura? - Kara insistió, jugando con la punta de su nariz, cariñosamente en mi hombro, pero aún mirándome con la máxima cautela.

El llanto llegó hasta mi garganta. Mi barbilla tembló y mi puchero se convirtió en una mueca.

-Estoy horrible. - Conseguí hablar, tratando de que no me temblara la voz. Kara suspiró contra mi cuello.

-Dime exactamente ¿qué parte en ti es horrible? Porque no puedo verlo...

-Yo toda.

Una lágrima se deslizó de uno de mis ojos.

-Amor... - Kara comenzó, con su voz suave y tranquila, que demostraba toda la paciencia de un monje budista. - Nada en ti es feo.

-Estoy gorda... Y deformada...

-No estás deformada. Nuestra hija está creciendo ahí dentro, tu piel y tus músculos necesitan estirarse.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora