Capitulo 20

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...20...

POV. LENA

Para mi sorpresa, no era un hombre sino una mujer y ella no me miraba con lujuria y no traía en el rostro la expresión de diversión y abuso de poder que todos los clientes que por allí pasaban, solían traer.

Ella me miraba con una expresión que traía la mezcla de muchas cosas, las cuales pocas pude identificar: Rabia, tristeza, confusión.

Esas fueron las pocas reacciones que conseguí ver en aquellos ojos azules.

Nada en el mundo podía ser más humillante que este momento. El momento en que finalmente me reencontraba con la mujer con la que venía soñando desde hace meses, por la que estaba ridículamente enamorada.

La mujer que me había gritado, diciendo cosas horribles delante de otras personas.

La mujer que transformó mi vida en un infierno tan rápido como un parpadeo.

La única mujer que se destacaba de los demás sin necesidad de esforzarse para eso, y que ahora me hacia sentir peor que nunca.

Era humillante.

La voluntad irracional que me tomó fue golpear cualquier cosa que estuviera delante de mí. Liberar un poco de toda la rabia y dolor insoportable dentro de mí, tal vez me haría bien, pero estaba muy concentrada en aquellos ojos.

Aquellos ojos me hipnotizaban, tenían un poder extraño sobre mí. Tal vez ese poder fuera afectado por la nostalgia que sentía por ella, pero el hecho era que yo estaba parada como imbécil, mirándola sin saber que decir, mientras ella me miraba también.

¿Por qué tenía que encontrarmela en estas condiciones? ¿Por qué justo hoy? ¿Por qué justo ahora? ¡Mierda!

¿Por qué no podría haber sido hace unas horas?

Hace unos meses...

Pero yo debí haber hecho algo muy malo en otra vida, y ahora pagaba por todos mis pecados. Entonces, por supuesto, me la encontraría en el momento en que yo estaría desempeñando mi humillante papel de prostituta de esquina, prácticamente transfigurada con todo este maquillaje, corriendo el riesgo de un inminente ataque de pánico y llanto.

Ahora estaba dividida en varias sensaciones. Una parte mía quería morir, porque así todo terminaría rápido y no tendría que soportar más este malestar. Otra parte quería tirar de la mujer que aún seguía mirándome y golpearla con toda la fuerza que pudiera, en todas las partes alcanzables, por haberme abandonado cuando había dicho que se quedaría a mi lado. Una tercera parte quería arrojarse a sus brazos y abrazarse como un koala en su pecho hasta que todo el dolor, y el sufrimiento desaparecieran simplemente. Una cuarta parte no quería nada, además de continuar aquí.

Sería bueno si dijese algo.

Sería bueno si ella dijera algo.

Pero ambas permanecíamos en nuestras posiciones, como estatuas, y estaba segura que acabaría con un dolor de columna insoportable.

Entonces recordé que estaba aquí por un propósito.

No era justo con ella, ni conmigo, exponernos a esta situación.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora