Capitulo 50

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POV. LENA

Desperté con el canto de un pájaro en alguna parte. No recordaba tener mi sueño tan ligero, por lo que la sensación de arrancarme de mi sueño tan fácilmente era extraña.

Me giré en la cama, encontrándome a Kara recostada del otro lado. Ella vestía un pants gris y una playera blanca. Recordé que la noche anterior no se cambio de ropa y así que quedó dormida. Por eso, todo indicaba que ella ya había despertado mucho antes que yo.

Kara me miraba de manera seria. Sus ojos estaban claros y traslúcidos que parecían ser hechos de vidrios.

-¿Adivina? - Ella habló, todavía mirándome, a pocos centímetros de mí, con una expresión de ansiedad y sorpresa. Aún confusa por el sueño, no me di cuenta de que parecía un poco divertida. Por eso, aquella pregunta me tomó desprevenida y me asustó.

-¿Qué pasó? - Pregunté.

-¡Voy a ser madre!

La miré por un tiempo, tratando de poner mis pensamientos en orden y finalmente entendiendo a lo que ella se refería. Me puse boca abajo, ocultando mi cara en la almohada y murmuré.

-No me asustes así.

La oí reír, mientras besaba mi cuello de una forma tierna.

-Pero es verdad, ¿no te contaron? - Kara comenzó, respirando en mi cabello, mientras su brazo envolvía mi cintura. - ¡Voy a ser madre!

-Me contaron. - Provoqué, aún contra la almohada.

Sentí su brazo aflojar un poco a mi alrededor.

-Sí... Debí haber estado en ese momento.

La miré, queriendo disculparme.

-No sabías lo que era... Pensé que era otra cosa... Lo siento.

-Está bien. - Ella respondió, peinando hacia atrás con sus dedos mi cabello, pero aún así conseguí ver un pequeño rastro de tristeza por no haber recibido la noticia junto a mí. -Puedes seguir de cerca el embarazo a partir de ahora. ¿Ya es algo, no?

Ella sonrió.

-Ah, no te preocupes. Estaré muy presente.

En el mismo momento que estaba por responder, su celular sonó en la mesita de al lado. Ambas miramos el celular, pero ninguna de las dos se movió.

-¿No vas a responder? - Pregunté, cuando me di cuenta de que Kara no tenía la intención de hacerlo.

-¿Crees que es necesario?

-Puede ser alguien importante.

Kara soltó un murmullo de descontento y se alejó de mí con reticencia, rodando en la cama para alcanzar el aparato que aún sonaba.

-Oh, por supuesto. - Oí que dijo después de ver la pantalla. Cuando volvió a acostarse a mi lado, contestó la llamada sin posicionar el celular cerca de su oído. Miré la situación un poco curiosa.

-Estás en altavoz, mamá.

Era Eliza. Tal vez su instinto materno le hubiera advertido de que era buen momento para llamar y enterarse de la vida de su hija.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora