Capitulo 68

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POV. KARA

NOVENO MES

Cuando entramos a la 36ª semana de gestación, fue mi turno de empezar a sentirme realmente nerviosa.

El Dr. Lewis había calculado que la fecha estimada para que nuestra hija naciera estaba entre el 10 y el 18 de septiembre. En ese tiempo, sería el cumpleaños de Lena, y me sentía un poco triste por no poder darle completa atención a ese evento, le prometí que le haría una fiesta maravillosa tan pronto como todo se calmará.

Lena no parecía estar triste de ninguna manera, en cambio se sentía más ansiosa y sensible que nunca. Nuestra hija ahora se movía con tanta fuerza que parecía estar un poco impaciente.

-Ella quiere salir...

La miré asombrada, preguntando en silencio lo que quería decir con aquello.

-No, no tenemos que ir al hospital. Sólo estoy diciendo que nuestra pequeña no se está quieta.

Suspiré aliviada.

-¿Por qué no te acuestas un poco? Y ves la televisión o lees un libro. La bebé debe estar tranquila...

-No sirve de nada. Lo he intentado, pero creo que ella está nerviosa porque estoy ansiosa. - Toqué su vientre y sentí una patada fuerte.

-Sí... - Concluí distraída. - Creo que ya quiere salir...

El obstetra nos había aconsejado no mantener relaciones sexuales durante este período, ya que cualquier estímulo podría acelerar el proceso del parto. Tuve que controlarme todas las noches que pasaban durante el mes, deseándola de la misma manera que siempre, teniendo prohibido tocarla. Al menos de la forma convencional. Esto probablemente era la cosa más difícil que había hecho en toda mi vida, y se hacía peor porque su libido había disminuido considerablemente en esta última etapa de gestación. Lo que significaba que yo estaba no sólo sin sexo, sino también sin "preliminares."

Pero estaba bien. Era por un bien mayor. Después de que nuestra hija naciera, me encargaría del retraso.

Ocupaba mi tiempo libre tocando el piano, incluso en la ausencia de Lena. Huía un poco de ella para intentar controlarme, o podría atacarla. Además, la música siempre me había dado más tranquilidad. Tocar Chopin o Bach ayudaba a calmarme, ya sea por la ansiedad del nacimiento de mi hija o por las ganas de atacar a mi mujer.

-¡No, continúa!

Me giré rápidamente por el susto, casi cayendo del banco. Estaba tocando hace aproximadamente dos horas seguidas y creía que ya era hora de parar, pero me asusté al oí su voz detrás de mí, como un fantasma.

-Lo siento. No quise asustarte. - Lena dijo un poco tímida.

-Está bien... - Comencé ya recuperada. - ¿Cuánto tiempo llevas viéndome?

-No mucho.

Lena se sentó a mi lado en el banco, suspirando audiblemente.

-¿Se sigue moviendo mucho? - Pregunté, poniendo mi mano en su vientre.

-Ahora lo está. Es por eso que quería que continuaras.

ma douce prostituéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora