"Naruto Uchiha" El Destructor o Salvador del Mundo

La Caída de la Godaime

Sai sacudió su cabeza y luego vio a Aiko, ella estaba algo asustada y preocupada, aunque era difícil saber cuál de los dos estados predominaba más en ella.

—¿Estás bien?— Inquirió ella con una delicada voz.

—Si, es solo que... me duele un poco la cabeza —respondió Sai poniendo su mano derecha en su cabeza.

—¡No te preocupes! ¡Yo conozco un remedio casero perfecto para aliviar el dolor de cabeza!— Exclamó ella algo emocionada y rápidamente se dirigió a lo que parecía ser la cocina.

En ese momento los recuerdos volvieron a llegar a la mente de Sai.

Escena Retrospectiva.

—¿Qué piensas hacer?— Preguntó Sai alarmado viendo el mangekyou eterno de Naruto.

—Voy hacer un gran cambio, y tu serás una herramienta para lograr eso — respondió Naruto y su mangekyou eterno comenzó a girar.

En ese momento todo se volvió oscuro y las dos últimas cosas que Sai pudo recordar, fue a él diciendo que el responsable de todo había sido Orochimaru, y luego a Naruto que lo metió en un vórtice giratorio y lo dejó tirado en medio de la nada.

Fin Escena Retrospectiva.

—¡Aquí tienes!— Dijo Aiko extendiendo una taza llena de té. Sai la vio por unos segundos provocando una sonrisa en ella—. Tranquilo, no tiene veneno. Jamás te haría un daño.

Sai la vio algo sorprendido, ella le sonreía gentilmente con un leve sonrojo en sus mejillas, Sai tomó la taza y la bebió de un solo sorbo.

—Gracias.

—Ya verás, te sentirás mejor en un santiamén —aseguró ella haciendo un chasquido con los dedos.

Sai se levantó de la cama, se dio cuenta que solo llevaba puesto sus pantalones shinobis, suspiro y de forma automática llegó a su mente la imagen de Sakura, le resultó agradable recordar las veces que ella lo iba a visitar, y a pesar de cómo él había sido las primeras veces que ella llegó a visitarlo, Sakura no dejó de hacerlo, y de hecho le aseguraba que hablaría con la Hokage para que lo sacaran. Sai se preocupó por ella, no sabía lo que Naruto tenía en mente, pero definitivamente no era nada bueno.

Se giró y vio su camisa doblada al lado de la pequeña cama, la tomó y rápidamente se la puso, de forma seguida se puso sus botas shinobis que también estaban al lado de la cama.

—Debo irme, gracias por todo —dijo Sai caminando hacia la salida, Aiko lo siguió con un rostro decaído.

—No fue nada, espero que te vaya bien.

Sai salió de la cabaña y se fijo en el solitario lugar, no había nadie, solo casas vacías que conformaban un pequeño pueblo, en ese momento Sai se giró y vio el decaído y triste rostro de Aiko.

—¿Dónde están las personas?—Cuestionó Sai viendo pequeñas lagrimas que salían de los ojos de Aiko.

—Eramos más de treinta, pero... la guerra inició, y todos ellos... fueron... asesinados por shinobis de Iwagakure —contó ella y luego limpió sus lágrimas.

—¿Cómo hiciste para sobrevivir?— Inquirió Sai viéndola fijamente.

—Ellos...

Aiko agachó la cabeza y puso sus dos manos en su vientre, Sai pudo notar como sus manos temblaban, se podía ver en sus gestos y su lenguaje corporal que no podía hablar de lo que le sucedió.

—Ellos abusaron de ti, ¿cierto?— Cuestionó Sai y nuevamente las lagrimas salieron de los ojos de Aiko—. ¿Porqué te sigues quedando aquí? Sabes que estás más en peligro que antes.