"Naruto Uchiha" El Destructor o Salvador del Mundo

La Carga de un Padre

Naruto saltó hacia atrás y el rasengan desapareció, al igual lo hizo el rasengan de Jiraiya que, rápidamente se tomó el brazo y respiró pesadamente para luego ver a Minato, aunque sorprendentemente no parecía extrañado. Konan era todo lo contrario, estaba completamente desconcertada de ver al Yondaime Hokage vivo.

—Minato...

—Por ahora no importan las respuestas Jiraiya-sensei —dijo Minato totalmente serio e interrumpiendo al Sannin—. Puedes quedarte aquí si quieres, seré yo quien detenga todo esto.

—No voy a detenerte, sin embargo hay algo que si voy a recalcarte... Esta lucha no es solo tuya, es del mundo entero... Naruto le declaró la guerra al mundo —comentó Jiraiya en un tono serio y viendo a un tranquilo y nada sorprendido Naruto.

Minato apretó con fuerza el puño derecho y frunció aún más el ceño sin dejar de ver a su hijo. En ese momento vino a su mente esos recuerdos de Kushina embarazada, y también todo lo que soporto la Uzumaki para que Naruto pudiera nacer.

—Entiendo lo que dices... —comentó Minato refiriéndose a Jiraiya—. Pero, Naruto es mi hijo.

Naruto al escuchar esas palabras del Yondaime, cambió ese tranquilo rostro por uno totalmente impasible.

—Así que se trata del Edo Tensei... supe de ese jutsu en el pasado, además es la segunda vez que lo veo... Esto debe ser obra de Kabuto —comentó un tranquilo Naruto viendo a su padre.

—Esto es lo que has conseguido, convertirte en el enemigo del mundo, es por eso que todos están haciendo lo posible por detenerte —aseguró un serio Minato—. Ya he escuchado todo lo que has hecho.

—Entonces también deberías saber que es imposible poder detenerme, sé que te das cuenta de eso solo con ver mis ojos —habló Naruto abriendo un poco más sus ojos, mostrando lo intimidante que puede ser el Rinnegan.

Konan salió de su desconcertado estado al ver y escuchar como Naruto era evidente que ya no iba a detenerse, le era difícil aceptar el hecho de que su amado se había perdido por completo en la oscuridad, pero sobre todo le era más difícil aceptar que a diferencia de él, ella no puede hacer nada por sacarlo de ese oscuro abismo.

—¿Esta listo?— Preguntó Konan sin dejar de ver a Naruto, y captando la atención de Minato y Jiraiya.

—¿A qué te refieres, Konan?— Inquirió Jiraiya y Konan apretó los labios antes de responder.

—Hay que detener a Naruto, así que prepárense... Esto tiene que terminar —aseguró Konan aunque lo decía en un tono bastante débil.

—¡No!... nadie más debe llevar esa obligación.

Luego de decir eso Minato, lanzó el kunai de tres puntas hacia Naruto, el Uchiha iba atrapar el kunai, sin embargo en un enorme destello apareció Minato justo delante de él y trató de cortar a Naruto con el kunai, sin embargo no fue capaz de hacerlo, la imagen de Kushina embarazada volvió a su mente y provocó que se detuviera. Naruto frunció el ceño ante la actitud de su padre, abrió un poco más los ojos y una enorme fuerza empujó a Minato, aunque el Yondaime se recuperó y despareció en un destello y apareció parado sobre un techo.

—¡Ya no soy tu hijo, si lo ves de esa forma no habrá forma en que tu mente te juegue en contra!— Exclamó Naruto y en ese momento el torso plateado del Susanoo lo rodeó.

Minato apretó los dientes al ver el enorme e intimidante ente que rodeaba a Naruto. Rápidamente Minato despareció en un destello antes de recibir de lleno el directo golpe del Susanoo que destruyó por completo la casa donde estaba el Yondaime.

El Susanoo se giró un poco y sobre él cayó un enorme sapo, o mejor dicho, Gamabunta. El enorme sapo rápidamente sacó una enorme espada y justo cuando iba atravesar su espada en el Susanoo y directo a Naruto, nuevamente una enorme fuerza lo empujó lanzandolo lejos, hasta caer sobre el mar que rodeaba a la aldea.