"Naruto Uchiha" El Destructor o Salvador del Mundo

Al Límite de la Desesperación

Mei no soportó más la tristeza, las lagrimas salieron de sus ojos, su alma se desgarró por completo, y su corazón, se rompió al ver como habían sido asesinadas algunos de los que querían volver a la aldea para ayudarla. Simplemente estaba viviendo el peor infierno posible.

—E-Es t-todo... s-se a...acabó... —habló una destrozada e impotente Mei.

Las otras personas remaban desesperadamente hacia la orilla para intentar alejarse, algunos remaban sin dejar de llorar ni perder ese atónito rostro.

Deidara solo mantenía una sonrisa viendo la enorme desesperación que se apoderaba de todos, giró su cabeza hacia un lado para ver a Naruto. El Uzumaki tenía la cabeza agachada y se mantenía dentro del Susanoo, Deidara sonrió de lado y luego volvió su vista hacia las personas que estaban cerca de llegar a la orilla.

—*Parece que Naruto no Danna está esperando que yo me haga cargo de esto, bueno... Debo admitir que es un enorme honor cargar con esta obligación*— Pensó Deidara con las manos en sus bolsas y sin dejar de sonreír—. *Usaré el C2, de esa forma mi arte se verá más imponente*

Deidara lanzó un pequeño dragón y luego hizo un sello de mano, el dragon ahora era de un enorme tamaño, el rubio saltó sin pensarlo cayendo encima del dragón y el ave de arcilla en el que antes estaba montado, se estrelló contra una montaña, explotando al mismo tiempo.

—Ahora... ¡Mostraré la auténtica belleza de mi arte! ¡hm!

El Akatsuki hizo un sello de mano y la cola del enorme dragón empezó a moverse extrañamente, de pronto algo pasó por el estómago del dragón hasta llegar a la boca, al abrirla se vio una ave de tamaño considerable. El ave salió disparada directo hacia las personas que estaban cerca de llegar a la orilla. Cuando los aldeanos se dieron cuenta de lo que se les venía, algunos saltaron al agua, otros empezaron a remar desesperadamente, y otros simplemente se arrodillaron y empezaron a rezar mientras lloraban.

—¡Katsu!

Un destello se formó y acto seguido, la fuerte explosión que provocó que el mar se descontrolara, Deidara extendió su sonrisa, y cuando el humo se disipó, su sonrisa se desvaneció por completo, frente a todos los aldeanos saliendo incluso del mar, había un enorme muro de arena.

—*Está aquí... Gaara*— Pensó Naruto levantando la cabeza y girando su cabeza hacia un lado para ver parado sobre un edificio, al Kazekage y a sus costados, estaban Temari y Kankuro. Los tres miraban directamente a Naruto, aunque Gaara mantenía su rostro serio, Temari y Kankuro no podían evitar desconsertarse ante el panorama.

—¿Llegamos tarde?— Cuestionó Temari con una voz temblorosa.

—Maldición... Naruto... hizo todo esto... —comentó un impactado Kankuro.

—Él... es quien ha hecho todo —dijo Gaara sin cambiar su serio rostro y viendo directamente a un Naruto que hizo desparecer al Susanoo y cayó de pie sobre un tejado.

Deidara rápidamente dirigió su dragón de arcilla hacia Gaara, sin embargo se detuvo al ver el gesto de Naruto, que precisamente le pedía que se detuviera. El Akatsuki solo frunció el ceño, aunque sorprendentemente obedeció.

Naruto saltó a otro tejado quedando a uno metros de Gaara y sus hermanos.

—Subaku no Gaara... Kazekage... Jinchuriki del Shukaku... —Habló Naruto en un tono oscuro y viendo directamente al peli rojo.

—¿Cuanta oscuridad ven tus ojos, Uzumaki... Naruto?— Inquirió Gaara haciendo una pausa para decir el nombre de Naruto al ver el Rinnegan en los dos ojos del rubio.

—Toda la que existe en el mundo, soy el único capaz de verla, y por eso voy a borrarla por completo —aseguró Naruto provocando que Gaara apretara un poco los dientes.