treinta y dos

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—¡Aley!

—Dejalo ir. Debe tener sus razones. —dijo Erick reteniendolo.

—Erick...

—Solo no vayas tras el, no deberías rogarle cariño cuando el quiere irse.

—¿Tu como sabes eso?

—Es algo que c-creo. —Erick sujeto con más fuerza su brazo.

—Sueltame.

—Chris... no... yo podria...

Christopher sostuvo sus hombros para moverlo a un lado con cuidado antes de correr tras Aley viéndolo caminar sin ver chocando con varias personas. Debía alcanzarlo y cuidarlo.

Estaba por alcanzarlo a la salida cuando este se detuvo al sentir las primeras gotas de lluvia.

Lo escucho sollozar y solo pudo salir para cubrirlo con su chaqueta.

—Aley... todo sería más simple si me dejaras explicarte que comienzo a enamorarme de ti... —susurro sintiéndolo estático en sus brazos.

—¿De verdad?

—Lo hago. Pero estas intentando arrancarte a ti mismo de mi vida y solo estás jugando conmigo...

—Lo siento...

Christopher lo giro en sus brazos y lo vio a los ojos.

—Vamos adentro... vas a atrapar un resfriado.

—No. —Aley se salió de sus brazos.

—Vamos, vas a enfermarte y tenemos que hablar.

—Lo siento, Christopher. Pero tienes razón, yo ya había tomado mi decisión y... me iré mañana. Lo siento, pero es lo mejor para ambos, para ti... —sonrio con tristeza y le señalo el camarógrafo a su derecha, el mismo que ya había notado semanas atrás seguirlos. — no soy bueno para ti...

Le regreso su chaqueta y simplemente comenzó a caminar bajo la lluvia hasta encontrar un taxi.

Vio a Christopher una vez más y con el nudo en la garganta y ojos temblorosos se despidio de él.

Doble Decisión. ¤ CNCO ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora