cincuenta y cuatro

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—No.

—Si.

—No, esa ropa no va conmigo.

—Por eso.

—No, esa ropa es para idiotas.

—Entonces serás el idiota más guapo de todos, ve. —Aley lo llevo a los vestidores y le entrego un traje deportivo negro con líneas blancas a los costados de nike.

Espero unos minutos y lo vio salir.

—Wow...

—No wow, me veo ridículo en esto.

—No lo creo, creo que te invitaría a salir.

—¿En serio?

Aley asintio y se acercó a ponerle una gorra. —Eres... mi tipo.

Christopher se indignó antes de que Aley le extendiera una tarjeta a la persona que los ayudó con la ropa.

—Nos llevaremos lo que trae puesto.

—¿Que? No, no, no. Pago yo.

—No, hoy pago yo todo, y no te quejes. —Aley sujeto su mano llevando lo a caminar.

—Aley...

—Ven, voy a llevarte a un lugar muy bueno.

—Bien, voy a rendirme, agradece que eres tu...

Sonrio caminando varios minutos.

—Aley.

Christopher se detuvo para sostener su mejilla e inclinarse a robarle un pequeño beso.

—No, no. No voy a dejarte besarme hasta llegar a... ¿Donde te estás quedando?

—Un hotel.

—¡Hasta llegar al hotel!

—¿Por que no? —Christopher se inclinó pero Aley lo esquivó en cada intento.

—Por que seguimos en la calle y tengo miedo que alguien te descubra conmigo.

—No me importaría si es contigo.

Aley podía decir si a todo lo que ese chico tan guapo y encantador dijera pero debía ser fuerte.

—No, recuerda que tener amor propio y eso incluye que amas tu trabajo y no voy a quitarte eso. —sonrio haciéndolo caminar de nuevo. —¡Llegamos!

—¿Hotdogs... en la calle?

—Disculpe que no pueda llegar a su nivel de etiqueta... —dijo el señor con sarcasmo.

—Ignorelo, es un turista. —sonrio Aley.— Deme dos con todo y uno con mucho queso.

Doble Decisión. ¤ CNCO ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora