VII

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VII. COMPAÑERA DE TRABAJO.

CUANDO DIJE QUE NO IBA a ir, me equivoqué. Ahora mismo estaba empacando una mochila con un poco de ropa para llevar. ¿Por qué diablos acepté? Bueno, porque me iba a quedar sola. Y además, me quedaría sola con Roberta. Pero, también, podemos agregar que fui un poco, bastante, extorsionada. Cuando huí de la cocina, me fui hacia el cuarto. En ese momento, Jack aprovechó para poner a la reina esqueletos en medio de la puerta, acompañado de un encantamiento que me impedía salir del lugar. Dijo que si yo no aceptaba me quedaría aquí.

Y lo cumplió.

Estuvimos aproximadamente cuatro horas así, si no me hubiera olvidado mi varita en la cocina esto no hubiera sucedido.

Y bueno, así fue como acepté ir.

—¿Tanto llevarás?

—Nunca se sabe que va a necesitar uno.

Él se quedó callado.

—Cuánto te falta?—pregunto, impaciente

Después de terminar de guardar todo en la mochila, la encante para que sea más pequeña. Uno vez listo, la guarde en mi bolsillo izquierdo.

—Listo.

—¡Antes de que se vayan!—Jackson entró corriendo a la habitación. Colocó una mano en su pecho, intentado calmar su respiración—Willowbie no olvides de recibir toda la comida que te ofrezca la Sra Weasley. Serán provisiones que nos ayudarán a sobrevivir. Y por último, tú—se dirigió hacia su amigo—Ten cuidado con la hiena. Atacan cuando menos te lo esperas. Y yo no estaré para cuidarte esta vez, ¿si?—soltó, intentando contener su risa

La hiena, la hiena era yo.

—No me extrañen—después de decir eso, se acercó a abrazarnos—Y se me cuidan. Usen protección...no vaya a ser que una quaffle les caiga en la cabeza, mocosos.

Fue un poco incómodo, estaba siendo apretada por sus dos cuerpos. Casi me asfixio.

—Tú igual, hermano—murmuró rojo, separándose de él

—Ten por seguro que no extrañaré tus ronquidos y flatulencias—carcajeé, dándole una cariñosa palmada en el brazo

Después de eso, Weasley me observó.

—Vámonos.

El comenzó a caminar hacia la chimenea, así que lo seguí. Sacó un puñado de polvos flu de su bolsillo y los lanzó adentro. Inmediatamente el fuego, que estaba bajo, se volvió color verde esmeralda. Luego, antes de meterse me dedicó otra mirada. Haciéndome entender que también entre, a su lado.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora