↷ La vida de una chica que rompe maldiciones más que vivir es muy fácil, relativamente. En el intento trata de no morir y también, trata de sobrevivir al estúpido pelirrojo que tienes como compañero↶
hermosa portada hecha por la genia de @amygranger...
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NO PUEDO EXPLICAR LA horrible sensación que tengo aún en el pecho. Ver como todo se derrumbaba, como caía. Las cosas habían quedado hechas polvo, literalmente polvo. Los magos tanto como dragones salieron heridos, tuvimos unas diez pérdidas. Y eso dolía mucho. Me daba impotencia ver que todo eso estaba pasando y no poder hacer nada. Tuvimos que escapar de ahí, porque de una u otra manera nos convertiríamos en ceniza. Bellatrix Lestrange y un par más invocaron el fuego maligno. Y fue un desastre, que se fue expandiendo hasta que simplemente no quedó nada. Lo que más nos dolió fue que tuvimos que dejar a los dragones ahí. Fue un dolor tan desgarrador, tan horrible que no se lo deseo a nadie. A nadie que realmente le gusten están criaturas. Por suerte, después no le sucedió nada a nadie más. En la otra parte de la historia, todos tuvimos que ser contenidos; yo fui contenida por Bill. Él estaba muy considerado, intentaba calmarme a toda costa. Aún podía sentir sus brazos alrededor mío, protegiéndome. Los demás estaban sentados en el pasto, curándose o quietos. Estos últimos habían entrado en shock. Bueno, la mayoría lo hizo.
—Debemos irnos...—habló Bill
Cuando se separó de mi, sentí que algo me faltaba. Y esa sensación era muy fea.
—Hay una reunión de emergencia.
Al escuchar eso, observé a los demás. El que estaba más cerca de mí era Charlie. Él tenía una mano en su cabeza, mientras lloraba por lo bajo. Se la pasó así desde que salimos del Santuario. El pecoso fue la persona que más difícil fue sacarlo de allí. Tuvimos que aturdirlo porque de otra manera estaba que se quedaba ahí. Él a pesar de todo quería quedarse en su hogar, morir con él.
—Charlie...—lo llamé, por lo bajo
El no reaccionó, siguió llorando.
Arrastre mis pies hacia donde estaba él, hasta llegar a su lado. Ahí, hice que me mire. Sus ojos estaba rojos, hinchados de tanto llorar. Cuando me vio, se le escapó un sollozo. Fue inevitable que no lo abracé y susurré: todo estará bien. Y ahora me siento peor al hacerlo, porque su llanto cada vez fue más fuerte. Bill tuvo que acercarse, para intentar calmarlo. El pecoso no se dejó, hasta que simplemente se rindió. Cayó a los brazos de su hermano, mientras lloraba. William acarició su espalda, a la par de unas palmadas. Si no hubiera sido por este horrible momento, sería hasta una escena tierna.
—Toda estará bien, Charlie—murmuró
Estuvieron así por varios minutos. Hasta que se separó de él y lo observó.
—Debemos irnos—le dijo
Charlie asintió, limpiando sus lágrimas. Ahora solo faltaba Jackson y Henry. Este último estaba acostado sobre el césped, con los ojos cerrados. Vaya a saber qué es lo que está pasando por su cabeza.
