XIII

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XII. SALAMANDRA.

A LAS HORAS regresamos a la madriguera, al llegar ahí a todos nos abrazaron. A Molly casi le da un infarto al ver las pequeñas y medianas heridas que teníamos, pero luego lograron tranquilizarla. El ambiente ahora estaba un poco tenso y en silencio, aún no podíamos asimilar lo sucedido. Y tampoco sería tan fácil, fue muy abrumador y traumante, para mi. Lo único bueno es que todos estamos, relativamente, bien. Los demás no salieron heridos, estaban sanos y salvos. Así que eso era lo que más importaba.

Las demás cosas ya pasarían a ser pasado.

—¿Alguien quiere un poco más?—pregunto la matriarca de la familia, con la olla en mano

Al escuchar su voz, levanté mi cabeza. Desde que me habían servido daba vueltas y vueltas con la cuchara sobre la sopa.

—Yo quiero.

Ron fue el único que habló, estirándole el plato. Todos lo observamos en ese momento, y él solo dijo un: ¿Qué? Esta rico.

¿Cómo era que aún podía seguir comiendo?

La señora Weasley al no escuchar a nadie más hablar, se limpió las manos en su delantal.

—Entonces traeré el postre.

—Si—contestó Ronald, antes de ser interrumpido por su hermano

—Está bien mamá, con esto estamos llenos—murmuró Charlie, tratando de sonreír

—Pero...—reprochó el otro

Los hermanos miraron al glotón de la familia.

—No mamá...estamos bien—dijo, casi obligado por la mirada de los demás

El aire se podría cortar con una simple aguja.

—Entonces vayan a prepararse, deben estar reposados para mañana.

Era verdad, regresarían a Hogwarts.

Luego de decir eso, todos nos levantamos de la mesa. Pero antes, levanté los platos con un pequeño movimiento de varita. Después me fui hacia arriba. Con pasos cortos llegué hacia la habitación de Bill, solté un suspiro y entré. Él ya estaba ahí, acostado sobre el piso. Al ver que entré, se levantó rápidamente. Nos quedamos en silencio, observándonos. Hasta que uno decidió romper el silencio.

No habíamos hablado desde el ataque.

—Jack vendrá mañana.

—¿Si?

—Si—contestó, en voz baja—Esta preocupado, quiere vernos. Le dije que estábamos bien pero él insistió.

Oh, yo también estaría preocupada.

¿Cuándo regresaremos a Egipto?—pregunté, cambiando radicalmente de tema

Quería evitar a toda costa lo sucedido.

Él dejó de hacer lo que estaba haciendo para mirarme.

—Tenemos vacaciones.

No lo sabía.

—¿Por qué? No ha pasado ni una semana.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora