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V. CAZA

EL MISMÍSIMO BILL WEASLEY estaba llorando, mientras yo colocaba el anillo en su dedo. Desde de aquí, también pude observar que varios de la primera fila también lo hacían, entre ellos; Molly, Alexander, Hagrid, Madame Máxime, Ronald y también Jackson. Para que nadie notará que lo estaba haciendo, se colocó sus lentes negros polarizados.
Después de que los votos terminaran, el mago que presidía la ceremonia agitó su varita sobre nuestras cabezas. Inmediatamente, una lluvia de estrellas doradas cayó sobre nuestras figuras. Fred y George encabezaron el primer aplauso de los otros tantos. Los globos que estaban encima de nosotros, ​​estallaron en pequeñas campanas doradas y aves del paraíso que volaban alrededor de la tienda, cantando una melodía muy bonita. Mi corazón latía tan fuerte que desbordaba de felicidad. Bill se acercó hacia mi, colocó una mano en mi cuello y sonrió. Con su mano derecha, sacó algunos mechones de pelo que estaban tapando mi cara. Y con rapidez y eficacia, selló la promesa de nuestro infinito y eterno amor en un largo e intenso beso.

Posteriormente a eso, los asientos de los invitados ascendieron al mismo tiempo que se desvanecían las paredes de la carpa. Se hallaron bajo un toldo sostenido por postes dorados, gozando de una espléndida vista del patio de árboles frutales y los campos bañados por el sol. Luego, un charco de oro fundido se extendió desde el centro de la carpa y formó una brillante pista de baile; mientras los músicos de ropaje negro se aproximaban hacia una pequeña tarima que estaba casi en la esquina del patio.

—¿Quiénes son?—le pregunté

—Las brujas de Macbeth. Fueron conmigo a Hogwarts, aceptaron venir aquí.

Se me hacía muy conocido ese nombre.

Una multitud de gente en cuestión de segundos se nos acercó para felicitarnos y abrazarnos. La mayoría no tenía idea de quiénes eran, así que solo les contesté un muchas gracias, con una inmensa sonrisa. A la par de esto, la música comenzó a sonar en todo el lugar. Todos comenzaron a bailar, el primero que lo hizo fue Neville. Que fue acompañado por Luna y Ginny. El chico estaba muy animado, era el que más se divertía. Después, poco a poco comenzaron a unirse los demás. Yo tuve la intención de hacerlo, pero Bill me tomó de la cintura, impidiéndomelo. Con una sonrisa en labios, lo observé. Él también sonreía.

—Necesito que conozcas a alguien.

—¿A quién?

—A mi tía abuela, te quiere conocer.

«Su tía abuela» Escuché miles de cosas sobre esa mujer. Algunas buenas otras malas...

Mentira, todas eran malas.

—Pero ya me conoce...

—Ella insiste...Solo asiente y sonríe.

Me casi arrastro hacia donde estaba su abuela, que estaba hablando con el trío de oro. Bill le tocó su hombro, llamando su atención. En ese momento exacto, los tres chicos aprovecharon para escabullirse hacia otra parte. La mujer anciana tenía un traje y sombrero color rosa. Este último estaba lleno de plumas, que combinaban con su delineado de ojos. Esto hacía que ella tome un parecido con un flamenco enojado.

—Abuela.

Ella nos observó, esperando algo.

—Abuela, ella es Willow.

—Hola...abuela—saludé, sonriente

Ella frunció su ceño, mirando a Bill.

—¿Quién es esta?—espeto, de mala manera

Aunque, bueno. Parecía confundida.

—Es Willow, mi esposa—le contestó el pelirrojo, un poco incómodo

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora