↷ La vida de una chica que rompe maldiciones más que vivir es muy fácil, relativamente. En el intento trata de no morir y también, trata de sobrevivir al estúpido pelirrojo que tienes como compañero↶
hermosa portada hecha por la genia de @amygranger...
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MIENTRAS TODOS VEÍAN LA primera prueba, yo estaba encerrada en la biblioteca. Me negaba a ver como uno de esos participantes salían heridos por jugar con ese torneo. Y bueno, también estaba aquí investigando sobre la nueva bóveda maldita. Por lo poco que encontré, y sé, es que son cinco. La del hielo ya está, ahora vamos por la bóveda del miedo. Que no suena muy bien que digamos, creo que será la peor. La bibliotecaria de aquí me dio un pequeño libro específico de esa, ¿Por que había uno? No lo sé. Solo se que en ese lugar habían boggarts y unos cuantos poltergeist.
Los cuales no me gustaban tanto.
Gnarly estaba apoyado en mi brazo, prestándome atención. Desde que lo encontramos no se separó de mi, al igual que yo. Bill intentó tomarlo, pero él lo mordió al igual que a Jackson. Hablando de él, ya está mejor. Fue a ver la primera prueba junto a Weasley, que fue acompañado por todos sus hermanos y sus amigos. Iban a apoyar a Potter, aunque también a Cedric. En el pasillo me lo había cruzado, él me saludo. Y yo solo le deseé buena suerte, al igual que Harry.
El pobre estaba muy asustado, no sabía qué diablos iba a hacer. Yo lo oriente un poco, le dije que tal vez podría usar la maldición conjuntivitis. Aunque no serviría de mucha ayuda ya que después me enteré que ningún dragón podría salir herido.
Así que no sé cómo se habrá arreglado.
—¿Quién soy?—preguntaron, tapándome los ojos con las manos
Esa voz la reconocía perfectamente.
—¿El idiota de Jackson?
Él liberó sus manos.
—¿Cómo lo supiste, Willowbie? Ah, ya sé. Es porque soy único e inolvidable. Y hermoso.
—Si, seguro...—solté, sarcástica—¿Cómo les fue a los chicos?
—Aún están vivos.
—¿Cómo que aún están vivos?
Al darme la vuelta, me encontré a Bill acompañado por Charlie. Rápidamente, me levanté y me acerqué a saludarlo. El me dió un pequeño abrazo, que correspondí.
—¿Y Harry?
—Se enfrentó al Colacuerno Húngaro.
«Por Merlín, el más difícil» Pobrecito.
—¿Está bien?
—Si, solo tiene unos raspones—contestó Bill
—Me refería al dragón.
Todos quedaron...sorprendidos.
—Es broma, hablo de Harry. Aunque el dragón también importa, ¿No?
