XV.

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XV. VOLDEMORT.

CON TODO LO QUE SUCEDIÓ, tenía el corazón en la garganta. Por las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos, no podía observar muy bien a Jackson. Después de corto lapso de segundos, lo hice. Estaba perpleja, él estaba vivo. El rubio nos observaba a los tres, sonrientes. Hasta se están riendo, parecía estar pasando su mejor momento. Pero nosotros lo estábamos sufriendo, hasta que vimos que revivió de lo muertos. Bueno, si es que en algún momento de verdad se nos fue para el otro lado.

—¡Idiota!—chillé, golpeando su brazo

Ni si quiera controle la fuerza.

Ouch—se quejó, frunciendo su entrecejo—Bill, controla a tu fiera.

El pelirrojo rió, acercándose hacia su amigo.

—¿Tú también lloraste como cachorrito por mi, Billie?—hizo un puchero—No voy a dejarte solo, aún me quedan muchas cosas que hacer aquí. Mejor dicho, me quedan un centenar.

—¿Cosas cómo qué?

—Cosas como molestarte, Willowbie.

Fue demasiado reconfortante escuchar eso.

—Ahora...¿Me vas a dar esa túnica?—bromeó

—Está llena de tu sangre, ya es tuya.

Neville Longbottom apareció corriendo entre los pasillos. Al vernos, se detuvo. Inhalo profundamente y colocó las manos en sus piernas. Abrió la boca y dijo:

—Ya vienen...ya vienen—siseó, agitado

Esas palabras traían recuerdos horribles.

Era como estar viviendo otra vez eso.

—¿Quiénes vienen?—soltó Jackson

Estaba demasiado cómodo, aplastándome.

—Mortífagos.

Escuchar eso bastó para que los tres desaparezcamos de ahí. Salimos corriendo de ese lugar. Detrás de nosotros podía oír los gritos y pasos, pero ni si quiera me di la vuelta para mirar. En un buen tiempo pudimos llegar hacia el patio, ninguno alumno estaba allí. Lo malo era que ya estaba anocheciendo, aunque aún había un un poco de luz.

—¡ALLÍ ESTÁN, ATRÁPENLOS!

Al escuchar la voz de Alecto, mi piel se erizó. Los tres comenzamos a correr más rápido, mientras nos dirigíamos hacia el bosque prohibido. Mi corazón un poco más iba a salirse de su lugar; mi respiración estaba muy desenfrenada. Necesitaba parar un poco porque en cualquier momento mis pulmones explotarían al no recibir nada de oxígeno.

—¡Debemos separarnos!—grité

Di una pequeña mirada hacia atrás y observé a cinco mortíferos siguiéndonos.

Con ellos iba Severus Snape.

—¡No!—contesto Bill

Un hechizo chocó justo sobre el árbol más próximo al que iba, haciéndome parar. Fue un segundo de paz, porque después vino la batalla. Todos comenzamos a atacarnos, mientras corríamos a más no poder. En una mala, Jackson se tropezó con una rama de árbol. Pero al instante logró recomponerse.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora