XVII.

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XVII. DRAGONES.

LA TARDE CON BILL WEASLEY fue bastante linda nos quedamos hablando hasta que ya fue hora de dormir. Y adivinen qué, yo me quedé con Gnarly. Aunque no fue del agrado del pelirrojo pero a mí no me importó. La criatura me hacía feliz, me recordaba a mi familia. Mi abuelo tuvo uno de estos, su nombre era Pickett y era adorable. Bueno, aún lo sigue siendo. Tal vez se lleve bien con este pequeño amiguito. Aunque ahora que lo pienso, tal vez no. Es muy celoso cuando se habla de otros de su especie.

Hasta lo consideramos un poco antisocial.

Francesa—susurraron en mi oído

Tal vez había sido mi imaginación, cuando estoy durmiendo vuelo a lugares poco creíbles y fantásticos. Por no decir que parecían otra realidad alternativa a esta.

—Despierta.

Esta vez el tono de voz fue más fuerte.

—Te tiraré un aguamenti si no despiertas...

Y ahí si, abrí mis ojos. Lo primero que vi fue la cara de Bill, que me observaba divertido.

—¿Puedes dejarme dormir en paz? Estoy cansada.

Él sonrió de oreja a oreja.

Estuvimos haciendo miles de cosas ayer.

—No.

—Weasley, tengo sueño...y no quiero lidiar contigo ahora. Déjame...

Antes de que pudiera seguir, me interrumpió:

—Solo quiero mostrarte algo—murmuró, colocándose un saco de lana rojo

Estoy segura que se lo hizo su mamá.

—¿A las tres de la madrugada?

Bill asintió con su cabeza.

—Pero estoy en pijama.

—No importa, ten—me alcanzó uno de sus sacos—Te arrepentirás si no vas...

—¿Si?...¿Qué es tan...misterioso?

—Solo sígueme.—chilló, cansado

Después de replanteármelo varias veces, le hice caso. En silencio salimos de la habitación. Comenzamos a caminar por los pasillos y salimos hacia el patio. Todo estaba súper oscuro, no había ni un alma. Aunque, en realidad, si lo había. Tuvimos que escondernos de Filch y su gata que andaban haciendo guardia por los pasillos. Fue gracioso verlo, él le cantaba a su mascota.

Aunque, yo también hacía eso.

—¿A dónde vamos?—pregunté

—Al bosque prohibido.

Sin poder evitarlo, me detuve.

—Y si está prohibido, ¿Por qué vamos?

Él negó, haciendo una mueca con sus labios.

—No está del todo prohibido. Todos vamos ahí, el alumno que no fue no se considera un digno alumno de Hogwarts.

«»

Después de una continua y dura sesión de caminata, logramos llegar al bosque prohibido. Si se veía bastante feo de noche, quién sabe qué cosas podríamos encontrarnos a esta hora del día. Y si era seguro, no me fiaba tanto de su nombre. Aunque esos pensamientos tampoco sirvieron de tanto, ya que nos adentramos al oscuro y arboleado bosque. Este tenía todo tipo de árboles como: hayas, robles, pinos, sicómoros y tejos, así como maleza y espinas. Habían caminos con arroyos y claros. Algunos eran casi intransitables, así que tuvimos que rodearlos. También había mucha vida nocturna, los grillos hacían una fiesta.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora