𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 | bill. weasley

VI

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VI. RECLUTAMIENTO.

UNA VEZ QUE TODOS terminamos de hacer nuestras tareas, fuimos a comer. Cenamos el mismo puré gris, pero esta vez fue acompañado por un par de frijoles. Jackson lo vomito, los demás lo comieron. Después de terminar el último bocado, todos nos dispusimos a ir a dormir. Charlie tuvo que compartir la cama con su hermano, mientras yo le donaba la mía a Jack e iba a junto a Henry. Él, con gusto, no se negó. La noche fue un poco incómoda, me sentía rodeada de hombres. Pero bueno, en teoría siempre lo estaba. Y no me molestaba, para nada. Me llevaba mucho mejor con ellos que con las mujeres. Sentía más apego hacia el otro sexo, podía confiar y sentirme más libre.

Con ellos nadie te juzgaba. Y con las mujeres, entre mujeres a veces nos destruíamos. Nos criticábamos a más no poder, y lo que debíamos hacer era todo lo contrario. Nosotras debíamos apoyarnos, entre todas.

Las horas pasaron rápido, y por suerte al final si pude dormir. El reloj que tenía en la mesa de luz sonó, despertándonos a todos. Rápidamente, lo apagué. Ni si quiera a mi me gustaba despertar a la cinco de la madrugada. Pero esta vez solo lo hice porque deberíamos partir temprano, teníamos muchas cosas que hacer. Hablando con William, él me informó que Dumbledore le pidió que buscáramos más aliados. Y como en su momento yo había propuesto alianzas con otras criaturas mágicas, a él le agradó. Aunque ahora que lo pensaba, iba a ser un poco difícil lograrlo.

—Despierten...

Limpie un poco mis ojos y mi estiré. Observé hacia la cama de Charlie y ahí estaban los dos hermanos, durmiendo como osos. Después estaba Jack, que ya estaba despierto. Él solo miraba una pared blanca, ido. Sabía cuánto le molestaba madrugar. Así que supongo que en este momento está en su mundo, intentando ignorar que verdaderamente está despierto.

—Pelirrojos—los volví a llamar, zarandeando a ambos. Ni si quiera sé movieron

¿A caso esto era de familia?

—mmmm, ¿Por qué me despiertas a mi?—jadeo Charlie, estirándose—Yo no me voy. Bill, despiértate.

Su hermano no reaccionó.

—Si no te mueves te tiraré de la cama.

Y así lo hizo, literalmente. Bill cayó al piso, haciendo un gran estruendo. Pero también, causando que se despierte de la peor manera: de mal humor. Si no fuera porque lo callé, le hubiera lanzado miles de maldiciones a su hermano. Que ya estaba durmiendo nuevamente, ¿Tan rápido podía hacerlo?

Ni si quiera yo podía dormirme tan rápido.

—Tenemos que irnos.

—¿Te parece que no lo sé?—contestó, irritado

—Mira, conmigo esa cara de mal humor no. Muéstrasela a tu querido hermanito.

Oh, ahí pareció recapacitar, porque cambió su cara. Y menos mal, porque no iba a soportar que por su malestar se la de conmigo.

O tal vez si, ¿Quién sabe?

—Tengo hambre—soltó Jack, de la nada

—Desayunaremos en el camino—contesté, levantándome—Debemos irnos, ahora.

Ambos, perezosos, comenzaron a caminar. Una vez que juntaron todas su cosas, salimos hacia afuera. Los rayos del sol recién habían comenzado a salir, era súper temprano.

Pero era trabajo, debíamos cumplirlo.

—¿A dónde vamos?—preguntó Jack, sacando el translador de su mochila